El catedrático de microbiología de la Universidad Complutense de Madrid (España) y ex presidente del Centro Superior de Investigaciones Científicas, César Nombela, consideró que la aplicación clínica en tratamientos para humanos de las células madre embrionarias “no tiene futuro”.
Según señala HazteOir.org (HO), para Nombela, firmante del Manifiesto de Madrid y miembro de Cívica (Asociación de Investigadores y Profesionales por la Vida), el crecimiento de las células madre embrionarias es “muy difícil de controlar y presenta todavía muchos problemas de compatibilidad con los pacientes”.
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“De los más de tres mil estudios registrados en el mundo con células madre, ni uno solo se está realizando con células embrionarias. Todos son con células madre adultas”, precisó.
“Con embrionarias –continuó– sólo hay alguna iniciativa para recoger líneas celulares de las ya existentes. La información que se ha obtenido de ellas es fascinante, pero hay un problema ético de fondo, ya que la investigación debe respetar la vida humana desde el inicio embrionario. En cambio la investigación con células madre del adulto avanza a un ritmo vertiginoso y ya hay numerosas experiencias con células madre hematopoyéticas obtenidas de la medula ósea o del cordón umbilical e, incluso, con células madre obtenidas de la grasa”.
El catedrático indicó además que “estos procedimientos son mucho menos traumáticos,” y ya empiezan a “plantear algunos tratamientos para el sistema nervioso central”, por lo que alentó a continuar las investigaciones “siempre con células madre adultas, ya que es la vía más inmediata y segura de aplicar y la que debe constituir una gran prioridad para los investigadores de todo el mundo”.
Finalmente, Nombela destacó el tratamiento con células iPS que “suponen una tecnología que permite, por modificación genética, revertir células diferenciadas del adulto a estados pluripotenciales, es decir, estados en las que las células se comporten de un modo parecido a las células de origen embrionario o a las células adultas con más troncalidad”.
“Esta tecnología está avanzando a un gran ritmo y se está perfeccionando con una velocidad enorme; no obstante, todavía es necesario ser prudente, ya que estas células aún no se ha probado en fase clínica y todavía requieren de unos años para su potencial aplicación en tratamientos”, concluyó.