En la audiencia general de hoy, celebrada en la Plaza de San Pedro, el Papa Benedicto XVI rememoró su reciente viaje apostólico a Chipre y resaltó que “de por sí ha sido un acontecimiento histórico”, ya que es la primera vez que el Sumo Pontífice visita “aquella tierra bendecida por el trabajo apostólico de San Pablo y San Bernabé y tradicionalmente considerada parte de Tierra Santa”.
El Santo Padre recordó su visita a la antigua ciudad de Pafos el 4 de junio en la que “con el Arzobispo Ortodoxo, Crisóstomos II y los representantes de la comunidad armenia, luterana y anglicana, renovamos fraternalmente el compromiso ecuménico reciproco e irreversible”.
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Asimismo, Benedicto XVI rememoró el encuentro del 5 de junio con las autoridades civiles y el cuerpo diplomático, a quienes reiteró “la importancia de fundar la ley positiva sobre los principios éticos de la ley natural, para promover la verdad moral en la vida pública”.
“Fue un llamamiento a la razón, basada en los principios éticos y lleno de implicaciones exigentes para la sociedad actual, que a menudo ya no reconoce la tradición cultural en la que se funda”, señaló.
De igual modo, el Santo Padre afirmó que durante la Liturgia de la Palabra, celebrada en la escuela primaria de San Marón, pudo “conocer de cerca el fervor apostólico de los católicos chipriotas” y admirar “el empeño apostólico de la comunidad latina, guiada por la solicitud del patriarca latino de Jerusalén y el celo pastoral de los frailes menores de Tierra Santa, que sirven a la gente con generosidad”.
El Papa Benedicto XVI hizo memoria de la Misa celebrada en la parroquia de la Santa Cruz en la que alentó “a todos los católicos de Oriente Medio para que, a pesar de las grandes pruebas y las dificultades bien conocidas, no cedan al desaliento y a la tentación de emigrar, porque su presencia en la región constituye un signo insustituible de esperanza”.
“El momento culminante del viaje apostólico –continuó– fue la entrega del ‘Instrumentum laboris’ de la Asamblea Especial para Oriente Medio del Sínodo de los Obispos, el domingo 6 de junio. En aquella circunstancia rezamos juntos por el alma del difunto obispo Luigi Padovese, Presidente de la Conferencia Episcopal Turca, cuya repentina y trágica muerte nos ha dejado tristes y consternados”.
Benedicto XVI resaltó que el Sínodo para Oriente Medio, que se celebrará en el Vaticano el próximo mes de octubre, “estará acompañado por la oración de toda la Iglesia, en cuyo corazón ocupa un lugar especial Oriente Medio, porque es allí donde Dios se dio a conocer a nuestros padres en la fe”.
Finalmente, el Santo Padre recordó que “antes de despedirme de Chipre quise visitar la Catedral maronita de Nicosia, donde estaba también presente el Cardenal Nasrallah Pierre Sfeir, Patriarca de Antioquía de los Maronitas”.
“A la isla llegaron en varios periodos los maronitas, que a menudo fueron sometidos a duras pruebas por permanecer fieles a su específico patrimonio cristiano, cuyas memorias históricas y artísticas constituyen un patrimonio cultural para toda la humanidad”, indicó.
“La comunidad católica chipriota, -concluyó- en sus ramas maronita, armenia y latina, se esfuerza continuamente por ser un solo corazón y una sola alma, tanto internamente como en las relaciones cordiales y constructivas con los hermanos ortodoxos y con las otras realidades cristianas. ¡Que el pueblo de Chipre y los otros países de Oriente Medio, con sus gobernantes y representantes de las diversas religiones, construyan juntos un futuro de paz, de amistad y de cooperación fraterna”.