El Secretario General de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), Mons. Juan Vicente Córdoba, lamentó que ciertos personajes manchen la memoria de Mons. Isaías Duarte Cancino –asesinado en el año 2002–, a quien recordó como un incasable "apóstol de la paz".
En una entrevista concedida al diario El Tiempo, el Prelado salió en defensa de quien fuera Arzobispo de Cali ante la polémica desatada por un militar retirado que lo acusó de haber recibido tierras de los paramilitares.
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Durante un juicio que se le sigue por la muerte de un líder campesino, el general retirado Rito Alejo del Río dijo que Mons. Duarte había recibido una finca de los hermanos Castaño, máximos jefes de los paramilitares y que por eso fue asesinado.
Mons. Córdoba explicó que la entrega tuvo lugar pero en medio de un proceso de paz y que tanto el Gobierno como la Iglesia de la época estaban enterados.
"Se presentó como si la Iglesia, por ser amiga de los paramilitares, recibió dádivas para taparles o ayudarles. Nada más lejano a la realidad", aclaró y recordó que "en medio del conflicto en Urabá, en los primeros años de los 90, el (entonces) Obispo de Apartadó, Mons. Isaías Duarte Cancino, entró en conversaciones con el Epl y con las autodefensas, fue un facilitador de esas negociaciones".
"Él era de una gran personalidad, un hombre muy activo, muy entregado, muy sincero, de esas personas que van diciendo las cosas de frente y al mismo tiempo tienen un carisma muy grande para hacer intermediaciones y logística de paz. En esos diálogos, los Castaño deciden bajarle la tónica a la violencia y entregar o devolver unas tierras, pero dicen que no le entregaban eso a cualquiera y por eso se las dan a la Iglesia. Pero no fue un regalo: fue para procesos con campesinos, proyectos de producción con desplazados y a los pobres, porque esa era y es una región muy pobre", agregó.
El Obispo explicó que "la Iglesia, con anuencia y total información de las autoridades, recibió una finca que se llama La Tamela, una finca grande que se escrituró a la Iglesia. Mons. Duarte empezó el proceso de entregarla a los campesinos y lo terminó su sucesor en Apartadó cuando él fue destinado como Arzobispo de Cali, Mons. Germán García, que murió hace tres años de cáncer".
"Hoy, allá, hay 1.050 familias con sus parcelas y con todos sus planes de producción. Entonces, sí es cierto lo que el general (Rito Alejo Del Río) dijo sobre los contactos de Monseñor con paramilitares, pero esos contactos fueron para hacer la paz", indicó.
Para Mons. Córdoba, diversos personajes polémicos "salpican" la memoria del Arzobispo debido a su personalidad. Fue "muy seguro, inteligente, de arrojo, de iniciativa, defensor de los pobres, de los desprotegidos. A donde él llegaba era a definir esas cosas, apóstol de paz y de los desfavorecidos. Entonces, si él tenía que dialogar con los paramilitares, con la guerrilla, si tenía que encontrarse con ellos para hacer diálogos pastorales, él se metía", indicó.
Asimismo, lamentó que su muerte siga "en penumbra, pensamos que hay que hacerle claridad. Él dijo que había personas importantes del país que tenían que ver con narcotráfico. Al otro día lo mataron. No se sabe todavía quiénes eran estas personas".