El Arzobispo Primado de México, Cardenal Norberto Rivera Carrera, afirmó que es la conversión del corazón a Cristo lo que cambiará al mundo y no los sistemas sociales o las ciencias.
Durante la Misa que ofició ante los estudiantes, religiosos y laicos del Instituto Superior de Estudios Eclesiásticos, el Cardenal Rivera dijo que la desesperanza y el ambiente de tristeza que existe en la actualidad motiva a los hombres a tener "el deseo y la esperanza en que el mundo cambie". Sin embargo, recordó que la esperanza cristiana "no consiste en dejar que pasen las cosas, sino en provocar el cambio desde un ambiente que tenga como centro a Cristo".
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También reafirmó que la Eucaristía y la Palabra de Dios son la base de la esperanza del creyente, pese a la creencia de que las múltiples disciplinas educativas y humanas pueden ayudar más a éste propósito.
"En la época postconciliar muchos creímos que, además de la Misa y la Palabra, una herramienta de las ciencias como la psicología o sociología u otras ramas del desarrollo podrían ayudarnos a mejorar la situación del mundo", recordó.
El Purpurado destacó la importancia de las ciencias, pero advirtió que ello no debe llevar a creer que la Eucaristía es algo auxiliar. "Qué bueno que existan ciencias y desarrollos que puedan potenciar la Palabra de Dios, pero no caigamos en la tentación de creer que van a mejorar o cambiar al mundo porque es camino directo al fracaso", señaló.
El Cardenal Rivera recordó que ni el comunismo, capitalismo o socialismo han logrado el mundo ideal. "Lo único que puede cambiar al mundo, es la transformación del corazón del hombre, que se haga semejante a Cristo creyendo en las herramientas que él mismo Dios nos ha dado: la Eucaristía y la Palabra", insistió.