Antes de celebrarse el Te Deum en la Basílica de Nuestra Señora de Luján y Patrona de Argentina, el Nuncio Apostólico en este país, Mons. Adriano Bernardini, leyó el saludo del Papa Benedicto XVI a esta nación que celebra hoy el Bicentenario de la independencia en el que hace votos para que se viva la paz y la prosperidad.
En el texto leído por el Nuncio, el Papa se dirigió a la Presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner quien estaba presente en la celebración, así como a todo el pueblo argentino. "Expresó vivamente mi afecto y cercanía espiritual a todos los argentinos, a los cuales encomiendo en mis oraciones, pidiendo al Señor que los bendiga abundantemente con la concordia, la paz y la prosperidad".
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De otro lado, el Arzobispo de Mercedes Luján, Mons. Agustín Radrizzani, señaló en su homilía que el Bicentenario es "una oportunidad de crecimiento". "Aprendamos de nuestras crisis, hagamos de nuestros desencuentros una oportunidad de crecimiento. De nada sirve llorar sobre las cenizas. Nunca ha ayudado la falta de esperanza. Solo se puede crecer en la comunión y el amor recíproco", aseveró.
"Debemos afirmar, que el Bicentenario es un desafío insoslayable para la democracia argentina", e insistió que ésta fecha "interpela, interroga, reclama soluciones, estimula a elaborar proyectos políticos, a presentar propuestas sociales y culturales, a mejorar la calidad de nuestras instituciones", porque "acá se pone en juego nuestra capacidad de ser Nación, que como rezamos en la conocida oración por la Patria, ‘una Nación cuya identidad sea la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común’".
"Estamos ante una oportunidad única, ya sea a nivel mundial, donde la llamada globalización nos desafía a no perder nuestra identidad ni replegarnos sobre nosotros mismos. Se trata de enriquecernos dándonos. También es una ocasión propicia y hasta necesaria para una mayor integración al continente, a la América Latina que conforman nuestros hermanos más cercanos: la patria grande soñada por San Martín y por Bolívar", indicó.
Mons. Radrizzani consideró, además que "como argentinos y argentinas nos debemos un mayor desarrollo federal, sano y armónico. Llevamos transitados el mayor período en régimen democrático de nuestra historia y son apenas 27 años. Hemos de promover, como dice el Papa Benedicto ‘una mayor fidelidad a la democracia, ya que es la única que puede garantizar la igualdad y los derechos de todos’. Se trata, explica más adelante en el mismo discurso, de una democracia con valores, es decir que busque la verdad y se pruebe en la justicia".
"El desafío de una educación para todos y que, como decía el gran educador de la juventud San Juan Bosco tenga por finalidad lograr ‘honestos ciudadanos y buenos cristianos’. Otro desafío impostergable será saldar nuestra deuda con los pueblos originarios. Ambas tareas nos permitirán construir nuestro futuro en paz y prosperidad", agregó.
El Arzobispo puso el Bicentenario "una vez en tus manos María de Luján, para que nos alcances de tu Hijo Jesús la fortaleza y la sabiduría que nos encaminen decididamente hacia la Patria de hermanos que soñamos".
Finalmente pidió al Señor que conceda a los argentinos "humildad para poder servirte en los pobres. Esperanza para superar las dificultades. Paciencia para saber construir con generosidad y alegría. Hambre y sed de justicia para trabajar por un mundo nuevo. Misericordia para sabernos perdonados. Un corazón puro para descubrirte en todos. Ser artesanos de la paz en cada día de nuestra vida. En una palabra, no avergonzarnos nunca de creer en Ti y vivir con coherencia el Evangelio. Jesucristo Señor de la historia, te necesitamos. Sé nuestro Pastor y guíanos siempre".