El Arzobispo de Piura (norte del Perú), Mons. José Antonio Eguren Anselmi, alentó a defender la vida y la familia, ya que "cuando la integridad y la estabilidad de la vida familiar se fortalece, otro tanto sucede con la integridad y estabilidad de la nación".
Así lo indicó el Prelado peruano en su conferencia "¿Por qué promover y defender la familia?" en el marco del "Congreso Familia, Educación y Cultura: Desafíos del hoy y mañana" que se desarrolló en Piura del 20 al 22 de mayo.
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En su intervención el Arzobispo exhortó a los padres y a las escuelas católicas a que "no abdiquen en su hermoso deber de ser los primeros educadores de sus hijos. Asimismo, y en relación a la realidad de la vocación, les pido que vean en sus hijos un don que Dios mismo pone bajo su custodia y no una propiedad de la que se puede disponer al propio antojo o capricho. Padres y educadores, ayuden a sus hijos en la búsqueda y acogida de su vocación, cualquiera que ésta fuese".
Monseñor Eguren también alentó a todos los presentes a comprometerse ardorosamente a ser defensores de la vida humana desde su concepción hasta su fin natural: "en concreto, defender la vida de los seres humanos más indefensos y pobres como son los concebidos no nacidos", instó.
El Prelado consideró luego que las reflexiones del congreso ayudan a "comprender la importancia que la institución familiar tiene para el presente y el futuro de la humanidad y nos muevan a una promoción y defensa más decidida de la vida".
María Auxiliadora
De otro lado, en la Eucaristía que presidió hoy por la fiesta de María Auxiliadora, el Arzobispo piurano dijo: "no dejemos de acudir a María, de ponernos bajo su manto maternal. A Nuestra Madre le agrada cuando sus hijos se vuelven a Ella, y antes que esto suceda, María ya nos está mirando, pendiente de nuestras alegrías y dolores. Con ese amor de Madre, está velando, cuidando de sus hijos que somos todos nosotros".
La Virgen, agregó el Prelado, "nos auxilia ante nuestras necesidades materiales y espirituales y también nos auxilia en la obra de salvación eterna que es donde más debemos dejar que Ella actúe".
"No somos indiferentes a su amor maternal, sabe de nuestras alegrías y dolores. A María podemos acudir con la certeza que se va a interesar por nosotros, que nos va a atender. Ella nos conoce con nuestro nombre y apellido. ¿Es un hijo desconocido o indiferente para su madre? Por supuesto que no, por más sufrimiento que le pudo haber causado, porque al fin de cuentas es su hijo. Así la Virgen María nos ha llevado en su vientre junto a su hijo Jesús, Ella nunca nos abandona", destacó.