Luego del rezo del Regina Caeli con miles de fieles en la Plaza de San Pedro, el Papa Benedicto XVI agradeció la cercanía y solidaridad de más de 150 mil fieles, así como la comunión de los inmigrantes en la Plaza de San Juan en ocasión de la Fiesta de los Pueblos. A ellos y así, a todos los católicos del mundo, el Santo Padre recordó que "el verdadero enemigo a temer y por combatir es el pecado, el mal espiritual, que a veces, contagia también a los miembros de la Iglesia".
En italiano y tras agradecer la cercanía de los fieles con los sacerdotes y con él, el Pontífice señaló que "vivimos en el mundo –dice el Señor– pero no somos del mundo, y debemos guardarnos de sus seducciones. Debemos temer al pecado y para ello debemos estar fuertemente radicados en Dios, unidos en el bien, en el amor, en el servicio".
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"Esto es lo que la Iglesia, y sus ministros, unidos a los fieles, han hecho y siguen haciendo con ferviente esfuerzo por el bien espiritual y material de las personas en todas partes del mundo. Es lo que ustedes habitualmente buscan hacer en las parroquias, en las asociaciones y en los movimientos: servir a Dios y al hombre en nombre de Cristo".
Por ello, alentó el Papa, "prosigamos juntos con confianza este camino, y las prueba, que el Señor permite, nos generen una mayor radicalidad y coherencia. Es bello ver hoy a esta multitud en la Plaza de San Pedro así como ha sido emocionante para mí ver en Fátima a la inmensa multitud que, en la escuela de María, ha rezado por la conversión de los corazones. Renuevo este llamado, confortado por vuestra numerosa presencia. ¡Gracias!"
En su saludo en español, Benedicto XVI se dirigió de manera particular a los "fieles de la parroquia San Luis Gonzaga, de Barcelona. Se celebra este domingo en muchos lugares la fiesta de la Ascensión del Señor. Jesús resucitado vuelve al Padre, abriéndonos el camino a la vida eterna y haciendo posible el don del Espíritu Santo".
"Como los apóstoles después de la Ascensión, también nosotros nos recogemos en oración y, en unión espiritual con la Virgen María, invocamos la efusión del Espíritu. Que su intercesión obtenga para toda la Iglesia un renovado Pentecostés. Muchas gracias y feliz domingo", concluyó.