El diario español La Razón publica un reportaje en el que explica que el intento de descalificar a la Iglesia Católica a escala internacional a través de acusaciones de inmoralidad y pedofilia a los sacerdotes es un viejo recurso nazi, que fue utilizado por Joseph Goebbels, ministro de propaganda de Hitler.
"Así lo demuestran los documentos que el jefe de contraespionaje militar alemán, Whilelm Canaris, hizo llegar al Papa Pío XII, antes de ser colgado por intentar asesinar a Hitler en 1944", explica La Razón.
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Tras la publicación en 1937 de la encíclica Mit brennender Sorge (en alemán, ‘Con ardiente inquietud’, dirigida a los obispos de Alemania alemanes) de Pío XI, que condenaba abiertamente la ideología nazi, el ministro de Propaganda nazi, Joseph Goebbels, "lanzó una única réplica pública y comenzó a trabajar en la sombra".
"A finales de ese mismo mes, el Ministerio de Propaganda lanza la campaña contra los abusos sexuales de sacerdotes, que llevó al arresto de más de 300 curas y religiosos en 1937, de los cuales finalmente fueron condenados 21 –algunos bajo falsa acusación– y enviados a campos de exterminio", explica el diario español.
Antes de la encíclica, se dieron en Alemania algunos casos de abusos a menores. Los casos –pocos, aunque reales– habían determinado una firme reacción en el Episcopado alemán y con las severas medidas tomadas en su día, los obispos habían respondido al problema. Pese a ello, la campaña de desprestigio se puso en marcha.
Massimo Introvigne, sociólogo italiano, explica en el diario italiano Avvenire que en 1937 el jefe del servicio de contraespionaje militar alemán, almirante Wilhelm Canaris, encargó al abogado católico Josef Müller llevar a Roma una serie de documentos secretos sobre el asunto, porque desaprobaba las maniobras de Goebbels contra la Iglesia. Müller llevó los documentos secretos al Papa Pío XII.
La Razón señala que "con la aprobación de la Secretaría de Estado, las investigaciones sobre el complot nazi contra la Iglesia fueron confiados al jesuita alemán Walter Mariaux, por aquel entonces misionero en Argentina".
En 1940, Mariaux publicó en Londres y en Buenos Aires, con el seudónimo Testis Fidelis, dos volúmenes sobre la persecución anticatólica en el Tercer Reich: más de 700 páginas que prueban que fue la encíclica de Pío XI la que determinó la campaña.
El diario español explica que el P. Mariaux "lo prueba publicando unas instrucciones detalladísimas enviadas por Goebbels a la Gestapo unos días después de la publicación de la encíclica Mit brennender Sorge en las que ordena encontrar testimonios que acusen a un determinado número de sacerdotes, amenazándolos con arresto inmediato si no colaboran".
Lo que más llama la atención, resalta La Razón, es "la invitación a los periodistas a reabrir los casos del 37 y también episodios más antiguos, reproponiéndolos a la opinión pública para que ocupen las portadas de los periódicos", algo similar a lo que han hecho el New York Times y Associated Press.