El Arzobispo de Caracas y Primado de Venezuela, Cardenal Jorge Urosa Savino, a nombre del Episcopado dirigió una carta a los fieles con motivo del bicentenario de la independencia del país en la que recordó el papel fundamental que cumplió la Iglesia en esta gesta y los llamó a seguir este sendero trabajando "sin odios ni violencias, con el fin de lograr una sociedad más justa, libre y pacífica".
Así lo afirmó el Purpurado con ocasión de la celebración "de los sucesos del 19 de abril de 1810, que señalaron su camino como República soberana e independiente, y desencadenaron el proceso que llevó a la declaración de independencia".
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Tras recordar que "la gran mayoría de nuestros próceres, y el pueblo que conquistó la independencia el 24 de junio de 1821 vivían la fe cristiana y pertenecían a nuestra Iglesia Católica", el Cardenal Urosa señaló que "hoy como ayer, la Iglesia en Venezuela está comprometida con los mejores intereses del pueblo, y rechaza cuanto se oponga al bien común, a la libertad y a la paz".
"En este sentido –expresó– pensamos que la orientación socialista-marxista que ha asumido el gobierno y que quiere imponer a todos los venezolanos –a pesar de haber sido rechazada en la propuesta de Reforma Constitucional presentada al país el 2 de diciembre de 2007–, atenta gravemente contra el bien común, y por lo tanto, no es aceptable".
"De igual manera la actitud de promover una tendencia totalitaria excluyente y violenta, como se manifiesta en las ‘guerrillas comunicacionales’ y en la activación de la Milicia, que pareciera un partido político armado, va en contra de la Constitución, la cual obliga al gobierno a respetar el pluralismo democrático y a promover la inclusión de todos en la vida nacional", agregó.
En este sentido, el Purpurado señaló que el Episcopado tiene "la firme esperanza de que todo aquello que vaya en contra del propósito fundacional de la Venezuela libre y soberana, justa, solidaria y fraterna, no triunfará" y para esto "se requiere la acción comprometida de todos los católicos, con abnegación, sin odios ni violencias, pero dispuestos a sobrellevar adversidades con el fin de lograr una sociedad más justa, libre y pacífica".
"Al dar gracias a Dios por los dones que nos ha concedido en estos doscientos años de vida republicana, invitamos a todos los católicos, y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, a reafirmar nuestro amor a la Patria, y a comprometernos a trabajar por una convivencia social fundamentada en los grandes principios morales, en los Diez Mandamientos de la Ley de Dios, y a promover y defender todos los derechos humanos, consagrados en nuestra actual Constitución", agregó.