El Obispo de Tenerife, Mons. Bernardo Álvarez, ha manifestado hoy durante la celebración de la Misa Crismal –celebrada ante unos 200 sacerdotes en la iglesia tinerfeña de La Concepción (actualmente sede catedralicia)– en el que alabó que los sacerdotes "sigan con la mano puesta en el arado a pesar de la dureza de la tierra y de la inclemencia del tiempo".
El Prelado empezó su homilía, centrada, como el lema de este Año Sacerdotal, en la "Fidelidad de Cristo y la Fidelidad del Sacerdote" dando gracias a Dios por todos los presbíteros presentes en la celebración, así como por los que no pudieron asistir y también realizó un sentido recuerdo por aquellos que han fallecido durante este último año, se han ordenado o cumplido sus bodas de oro y plata en el ministerio.
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Mons. Bernardo Álvarez prosiguió sus palabras destacando diversos aspectos de la liturgia del día y de la exhortación del Papa Juan Pablo II: "Os daré pastores". En este sentido, Álvarez valoró positivamente que los sacerdotes "sigan con la mano puesta en el arado, a pesar –a veces– de la dureza de la tierra y de la inclemencia del tiempo". Asimismo, indicó que la labor de los presbíteros tiene una importancia capital ya que "están llamados a prolongar la presencia de Cristo, único y supremo Pastor, siguiendo su estilo de vida y siendo como una ‘transparencia suya’ en medio de la grey que les ha sido confiada". Por otro lado, el Obispo recordó la afirmación bíblica de que "aunque seamos como vasijas de barro, nuestro ministerio es un tesoro".
Mons. Álvarez incidió en que la fidelidad es lo más esencial y decisivo para el ministerio sacerdotal. "La fidelidad hace que el amor no envejezca", indicó el Prelado. En este sentido, hizo mención a las palabras de Benedicto XVI, en las que señalaba que "la primera característica que el Señor requiere del servidor, es la fidelidad. No buscamos poder, ni prestigio sino que proponemos a todos ir hacia Jesucristo y, con ello, los introducimos en la verdad y en la libertad".
El Obispo finalizó su homilía indicando que "la fidelidad incrementa el amor y la amistad con Jesús y con las personas. Asimismo, la fidelidad produce paz y alegría y hace más eficaz el servicio de los sacerdotes".
A la Misa Crismal estuvieron invitados todos los sacerdotes de la diócesis. En este momento, la diócesis de S. Cristóbal de La Laguna tiene un total de 215 sacerdotes diocesanos. Además, cuenta con 24 religiosos y 2 sacerdotes provenientes de otras diócesis.
Durante la Misa, el obispo consagró el Santo Crisma, materia de los sacramentos del bautismo, la confirmación y la ordenación sacerdotal y bendijo los óleos de los catecúmenos y de los enfermos. Tanto el Crisma como los óleos son ahora enviados a las más de 300 parroquias de esta iglesia particular nivariense para poder administrar los sacramentos respectivos.