El Obispo de Acqui, Mons. Pier Giorgio Micchiardi, anunció la beatificación de Chiara "Luce" Badano, el próximo 25 de septiembre de 2010 en el Santuario de la Madre del Divino Amor de Roma. La joven falleció en 1990 a los 18 años de edad y pertenecía al movimiento de los Focolares.
Según informa la agencia italiana SIR, la Eucaristía será presidida por Mons. Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos. Esa noche se celebrará además, en el Aula Pablo VI en el Vaticano un encuentro juvenil para festejar la beatificación. Asimismo, el domingo 26 de septiembre, el Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Tarcisio Bertone, presidirá en la Basílica de San Pablo de Extramuros una Misa de acción de gracias.
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El milagro que permite la beatificación de Chiara, reconocido el pasado 9 de diciembre de 2009, fue la curación de un niño en Trieste que sufría una gravísima forma de meningitis.
Su vida
Chiara "Luce" (Luz) Badano nació en Sassello, Liguria, el 29 de octubre de 1971. Desde muy pequeña, Chiara mostró un profundo amor por Dios, al tiempo que revelaba un carácter fuerte pero dócil, era alegre, bondadosa y muy activa.
A los nueve años ingresó al Movimiento de los Focolares. En 1985 se mudó a Savona para seguir los estudios de bachillerato. A los 16 años discernió su vocación y decidió consagrarse a Dios. Mantuvo una relación muy cercana con la fundadora de los Focolares, Chiara Lubich, quien le puso el sobrenombre de "Luce".
Poco tiempo después le diagnosticaron un tumor en el hombro. El diagnóstico fue "sarcoma ostiogénico con metástasis", uno de los tumores más graves y dolorosos. Chiara se propuso superar la enfermedad y comenzó un intenso tratamiento de quimioterapia, mientras trataba de seguir con su vida sin perder la alegría ni la fe.
Entregó todos sus ahorros a un amigo que partió en misión humanitaria a África. A pesar de los esfuerzos de los médicos, la enfermedad avanzaba rápidamente y perdió el uso de las piernas. "Si tuviera que elegir entre caminar o ir al paraíso, elegiría esta última posibilidad", dijo a sus familiares, ya no pedía curarse, sino encontrarse con Jesús.
En julio de 1989 sufrió una severa hemorragia y parecía que el desenlace llegaría en cualquier momento. Dijo a sus padres: "No derramen lágrimas por mí. Yo voy donde Jesús. En mi funeral no quiero gente que llore, sino que cante fuerte".
En su lecho de enferma, Chiara rezaba mucho pidiendo ser capaz de cumplir con la voluntad de Dios. "No le pido a Jesús que me venga a buscar para llevarme al paraíso; no quisiera darle la impresión que no quiero sufrir más", decía y decidió preparar con su madre la que llamaba "fiesta de bodas", es decir su funeral.
El domingo 7 de octubre de 1990 Chiara falleció acompañada de sus padres. Tras la puerta de la habitación aguardaban sus amigos. Sus últimas palabras fueron para su mamá: "Chao. Sé feliz porque yo lo soy".
Unas dos mil personas asistieron a su funeral.
El entonces Obispo de Acqui, Mons. Livio Maritano, inició el proceso de beatificación de Chiara en 1999. El Prelado asegura que tomó esta decisión por "su forma de vivir, especialmente el ejemplo extraordinario que ofreció en el último tramo de su vida".