Los obispos de la Patagonia lamentaron el reciente aborto practicado a una joven de 15 años en un hospital de Trelew, provincia del Chubut, y señalaron que la aberración de la violación no se resuelve con el mal del aborto, que significa quitarle la vida a un ser inocente.

"El mal no se resuelve con otro mal; menos todavía cuando el mal que se provoca es mayor. No hay mal peor que quitarle a otro la vida. Entre el derecho a la vida del bebé y el ‘derecho’ alegado a ‘no sufrir’ prima el primero. La muerte es definitiva, el sufrimiento es temporal y puede ser atendido y paliado. La muerte no", expresaron en un comunicado.

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Los obispos recordaron que la sociedad "crece solo garantizando la vida y tratando de alejar el factor de la muerte en todas sus expresiones. Nadie puede sentirse contento frente a estos hechos. Cuando se produce un aborto nunca hay ganadores; todos somos perdedores".

Por ello, reafirmaron la postura de la Iglesia a favor de la vida y el "apoyo, comprensión y solidaridad a las víctimas de situaciones aberrantes", como es la violación.

En el texto, los obispos ofrecieron su "apoyo moral, espiritual, recursos y hogares que desean adoptar la vida en riesgo", además de la "la oración y ayuda pastoral para que las consecuencias del aborto procurado sean lo menos traumáticas posibles para las personas afectadas y para la sociedad".

Finalmente, reclamaron el reconocimiento del derecho a la objeción de conciencia e invitaron a una "reflexión serena y constructiva como sociedad, en base a valores éticos universales que, en el proyecto de provincia y de nación que queremos, aseguren la vida y la felicidad para todos, de modo que en situaciones semejantes se implementen las soluciones justas y dignas, que no son las más fáciles".