En su intervención en el congreso teológico "Fidelidad de Cristo, fidelidad del Sacerdote", el Prefecto de la Congregación para el Clero, Cardenal Claudio Hummes, resaltó que "el celibato sacerdotal es un don del Espíritu Santo que pide ser comprendido y vivido con plenitud de sentido y alegría, en la relación totalizante con el Señor".
El Purpurado indicó que "esta relación única y privilegiada con Dios hace del sacerdote el testimonio auténtico de una singular paternidad espiritual y lo hace auténticamente fecundo".
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"La Iglesia –prosiguió– en cuanto Cuerpo Místico de Cristo ve a todos los fieles aprovechar el don de ser un pueblo sacerdotal, pero al mismo tiempo sabemos que Cristo escoge a algunos" y "esos son los sacerdotes que continúan esta misión".
Por su parte, el Arzobispo de Bologna, Cardenal Carlo Cafarra, señaló que "el presbítero hoy está llamado a abrirse a la superior iluminación del Espíritu Santo, para descubrir las orientaciones de la sociedad contemporánea y reconocer las necesidades espirituales más profundas" a las que tiene que responder porque sin importar las circunstancias, "la capacidad de la verdad permanece indestructible en el hombre".
"El hombre que vive hoy la farsa de la ausencia de Dios necesita ser despertado en la conciencia de su dignidad de persona y esto solo lo puede hacer el testimonio de la caridad", concluyó el Cardenal.