Ariel Sigler Amaya es un prisionero de conciencia que se encuentra internado desde hace más de cinco meses en el Hospital de Rehabilitación Julito Díaz en La Habana, y para quien sus familiares piden urgente ayuda. Con este dramático pedido la familia quiere evitar que fallezca en medio de la represión del régimen de Cuba.
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Miguel Sigler Amaya, hermano de Ariel, agradece desde Cuba el apoyo internacional a los prisioneros de conciencia y explica el dramático caso: Los médicos dijeron a los familiares que Ariel "está empeorando por día, expulsando gran cantidad de sangre por el recto debido a la avanzada hemorroides sangrante; está botando por su boca tacos putrefactos de color verde y amarillo con mucha fetidez; tiene dolores intensos en garganta, tubo digestivo, esófago y estomago; padece de intensa ardentía y fuertes dolores en la pelvis y vejiga cuando orina; sufre de mareos, fuertes dolores de cabeza; está muy pálido, de color amarillo, débil; sus piernas están renegridas y disecadas; permanece postrado en una cama, con un dispositivo alrededor del cuello llamado ‘minerva’".
Miguel Sigler prosigue el relato indicando que "según los médicos no pueden intervenirlo quirúrgicamente, ni de las hemorroides ni de la amigdalitis en su garganta, pues no lo resistiría por su estado de debilidad y gravedad".
Seguidamente resalta que "Ariel advierte que apelará a los recursos que él estime conveniente para acabar lo antes posible con esta situación. También recordó que no intentará en contra de su vida por mediación de un posible suicidio. La familia captó el mensaje y le aconsejaron que no apelara a una huelga de hambre, pues no resistiría una semana".
Miguel Sigler manifiesta luego que "los agentes de la Seguridad del Estado que participaron en este encuentro –capitanes, tenientes coroneles y coroneles del más alto rango del gobierno cubano–, se mostraron violentos y muy molestos por las informaciones mundialmente reconocidas sobre el caso de Ariel. Manifestaron de forma amenazante que si Estados Unidos con todos los cohetes y misiles, no los han podido presionar, nuestra familia tampoco lo va a lograr. La discusión fue tan acalorada que hubo gran posibilidad de irse a las manos, todo provocado por el reconocido cabecilla terrorista y tristemente celebre, teniente coronel Tamayo".
Finalmente Sigler ruega y pide "ayuda, apoyo y solidaridad, para evitar que sigan muriendo seres humanos dentro de Cuba por culpa de una dictadura, que por permanecer un día más en el poder sería capaz de sacrificar a todos los cubanos".