L’Osservatore Romano dedicó uno de sus habituales comentarios cinematográficos a elogiar el tema de la reconciliación y el perdón en la cinta Invictus, dirigida por Clint Eastwood, en donde a través de la lucha por la obtención del campeonato mundial de rugby de 1995, muestra a Nelson Mandela luchando por la unidad y la pacificación de Sudáfrica.
El artículo de LOR señala al inicio que "sucede a veces que un evento deportivo asume significados que van más allá del aspecto competitivo. Así si para la mayor parte de la gente la final de la Copa del Mundo de rugby de 1995 disputada en el Ellis Park Stadium de Johannesburgo fue solo un vibrante partido, con un resultado sorprendente, para Sudáfrica representó un momento crucial de la historia nacional".
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Mandela, prosigue el texto, tenía ante sí a "un pueblo dividido entre los blancos –pocos y dueños del poder y la riqueza– y los negros, pobres y marginados. La impensable convergencia de los hinchas ante un equipo (de rugby), los Springboks, apoyados solo por los afrikaaners y odiada por los nativos por los colores verde y oro convertidos en el símbolo de la segregación, ayudó en parte a sanar las heridas del pasado y a infundir esperanza en un futuro lleno de incógnitas tras la vergüenza del apartheid".
LOR señala que en esta cinta Clint Eastwood sigue en su tarea de "explorar al hombre y la sociedad. Siguiendo la ruta de Gran Torino (himno a la no violencia e invitación a la tolerancia racial, contra todo prejuicio) afronta los delicados temas del perdón y la reconciliación. ‘El perdón –hace decir a su Mandela– libera el alma, cancela el miedo. Por esto es un arma tan potente’".
Morgan Freeman y Matt Damon interpretan, respectivamente, a Nelson Mandela y a Françoise Pienaar, el líder de los Sprinboks, el equipo nacional de rugby que tiene la misión de ganar el campeonato mundial "que será disputada en la misma Sudáfrica. Pero el verdadero objetivo es la pacificación del país sintetizada en el lema ‘un equipo, un país’. La ocasión es única e irrepetible y deportivamente es una empresa al límite de lo posible".
Para lograrlo, continúa LOR, el equipo llega a tener el apoyo de las más de 60 mil personas presentes en la final en el estadio de Johannesburgo y "más de 42 millones de sudafricanos blancos y negros, unidos por primera vez, delante de la televisión y la radio".
"Una bella lección de la historia, llevada inteligentemente al cine por un gran director para el beneficio de un público más vasto", concluye el artículo.