El Presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana (CEC), Mons. Rubén Salazar, lanzó un llamado tanto a la guerrilla marxista de la "Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia" (FARC), como a las autoridades políticas del país, despolitizar el drama de los rehenes que se encuentran en poder del grupo terrorista.
Desde hace 10 meses las FARC viene anunciando la liberación de dos de los 24 militares y policías que mantiene secuestrados; pero desacuerdos sobre los términos de su puesta en libertad han impedido que hasta ahora se realice.
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"Este problema de la liberación se ha manejado más bien con fines políticos que con fines verdaderamente humanitarios", dijo monseñor Salazar en declaraciones a periodistas; luego que la senadora marxista Piedad Córdoba, que opera como mediadora de la guerrilla, anunciara que la liberación del sargento Pablo Moncayo, que lleva doce años en cautiverio, y del soldado Josué Daniel Calvo, se realizará este mes de febrero con la mediación logística de Brasil.
Por exigencia de las FARC, Córdoba debe asistir a la entrega; en vísperas de los comicios parlamentarios que se llevan a cabo en Colombia el próximo 14 de marzo.
El gobierno, por su parte, ha seleccionado al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y la Iglesia Católica como garantes de las liberaciones.
Mons. Salazar señaló que el papel de la CEC en el proceso "es prestar el servicio de facilitar nuestra presencia, casi como garantes de que las cosas se den en una forma adecuada"; pero advirtió que "son el gobierno y las FARC las que tienen que poner en marcha el proceso de liberación".
"Lo que tiene que importarnos a nosotros es que se libere a los secuestrados. El problema es que con ellos se está jugando permanentemente en un sentido o en el otro", lamentó el Presidente de la CEC.
Las FARC mantienen un número significativo de rehenes y para su liberación exige que 500 terroristas presos sean puestos en libertad.