El Arzobispo de Barcelona, Cardenal Lluís Martínez Sistach, alentó a los fieles a "ampliar los horizontes de nuestra conversión cuaresmal" mirando a Dios en las personas más pobres y necesitadas.
"Si la práctica del ayuno nos invita a la sobriedad, la práctica de la limosna es una llamada a vivir la solidaridad. Esta virtud humana y cristiana es siempre necesaria, pero es especialmente urgente en estos tiempos de gran crisis económica", expresó en su mensaje por Cuaresma.
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El Purpurado recordó que Cristo pide una conversión del corazón porque sin ella "las obras de penitencia serían estériles y engañosas".
En ese sentido, indicó que la Cuaresma es un momento oportuno "para reflexionar sobre la manera de vivir, el sentido de los bienes que poseemos, el sentido espiritual del ayuno y, muy importante en la actual situación económica, la comunicación de los bienes propios con aquellos que pasan necesidad".
El Cardenal Martínez Sistach pidió también aprovechar este tiempo para "reforzar nuestra identidad cristiana", retornando a las raíces cristianas a través de una interiorización y formación en los contenidos de la fe. "Debemos profundizar nuestras convicciones cristianas. Esto nos hace más acogedores de las otras etnias y culturas para enriquecernos mutuamente", afirmó.
"Si nos convertimos a la virtud humana y cristiana de la solidaridad nuestra Cuaresma no será un mero paréntesis para volver a modos de hacer que se han revelado nefastos. La crisis actual no sólo nos pide una conversión personal, sino que también se han de garantizar unos cambios institucionales para favorecer unas relaciones de más justicia y equidad para con los más necesitados de nuestra sociedad y del mundo", aseguró.