En una visita a la zona devastada por la guerra civil el mes pasado, el Obispo de Jaffna (Sri Lanka), Mons. Thomas Savundaranayagam, pudo constatar la situación de desasosiego que se vive aún después de nueve meses de finalizado el conflicto civil.
El 29 de enero llegó la comitiva del Prelado al pueblo de Puthukudiyiruppu, escoltada por el ejército de Sri Lanka. La visita tuvo como objetivo evaluar las condiciones en que se encuentran las zonas devastadas al noroeste de Sri Lanka.
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En una carta enviada a la organización internacional católica Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), el Obispo explicó que la mayoría de casas están en mal estado, lo mismo sucede con varias iglesias, incluida la de San José, la principal del pueblo, con la casa de misiones y algunas escuelas.
Esto se debe, señala, a que por mucho tiempo Puthukudiyiruppu era el centro de operaciones de los Tigres de Liberación de Tamil Eelam (LTTE), conocidos también como Tigres de Tamil, y en el pueblo ocurrieron numerosos ataques.
El Prelado mencionó también que el lugar parecía una selva, lleno de palmeras caídas y cocos, además, debido a las abundantes lluvias, la vegetación había crecido por todo el pueblo.
La comitiva del Obispo también fue llevada a conocer Iranaipalai, donde se encontraba el cuartel general de LTTE. Ahí encontraron la iglesia de Fátima destruida por la artillería, y un sinnúmero de vehículos civiles abandonados en las calles.
Mons. Savundaranayagam también visitó la zona pacífica de Mathalan, donde más de 100 mil personas se refugiaron en el último período de la guerra.
Además de ir a evaluar las condiciones de los lugares, el Obispo contó que pudo apreciar diversas evidencias que mostraban cómo la gente ha salido del lugar: "vimos miles de carretillas amontonadas, como si sus dueños las abandonaran a último momento", dijo. "Lo mismo vimos con motocicletas, automóviles y camiones, oxidándose en medio de la nada", agregó el Prelado.