Familiares y amigos se dieron cita en una multitudinaria celebración eucarística de cuerpo presente por los jóvenes asesinados el pasado fin de semana durante una fiesta en Ciudad Juárez ubicada en el estado de Chihuahua, México.
Según señala la nota de prensa, luego de la Misa se dio sepultura en el panteón municipal de San Rafael "al menos a tres jóvenes" de los casi 18 asesinados en la ciudad mexicana, vista como "una de las más violentas del mundo, donde en 2009 fueron asesinadas unas 2 mil 600 personas en hechos relacionados con los cárteles del narcotráfico".
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El martes por la tarde las autoridades mexicanas presentaron ante los medios a Óscar Arroyo, sospechoso de haber participado en el asesinato, quien señaló que "el cártel de Juárez le pagó para vigilar el área mientras los sicarios atacaban la fiesta".
Arroyo precisó que "alcanzó a escuchar a un líder del cártel llamado Diego, decir que pensaban que en esta fiesta había hombres de un cártel rival (Sinaloa) comandado por el capo Joaquín 'El Chapo' Guzmán, quién busca apoderarse de la ciudad".
Asimismo, los familiares de las víctimas "responsabilizaron al Presidente mexicano, Felipe Calderón, de lo ocurrido por no haber logrado evitar esta matanza pese a los operativos que se han desplegado en varios estados para combatir el crimen organizado". Desde que Calderón asumió el poder a finales de 2006, más de 17 mil personas han muerto por la violencia ligada a los cárteles de la droga en México.