ACI Prensa envió a dos miembros de su equipo a Puerto Príncipe, Haití, tras el terremoto ocurrido el pasado 12 de enero que cobró la vida de unas 150 mil personas, dejó heridas a más de 200 mil y unas tres millones de personas afectadas. Lo siguiente son algunos extractos de la crónica escrita por uno de ellos.
Walter Sánchez Silva, jefe de redacción, y José Castro, director del área de televisión, llegaron a Puerto Príncipe el 15 de enero. El primero, en una crónica sobre su experiencia, relata que "a los habitantes de Puerto Príncipe les falta todo. Entramos como a las 7 de la noche".
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"Todo estaba oscuro. Se podían ver muchos grupos de gente en las calles, con velas, cocinando lo poco que tenían, tomando la poca agua que les quedaba. Pero sobre todo, caminando. Cientos de personas caminando hacia cualquier lugar… porque no hay lugar a donde ir, lamentablemente".
Esta primera parte de la ciudad, explica el redactor, "no estaba muy destruida. De trecho en trecho se podían ver casas derrumbadas, hoteles caídos, escombros imposibles de identificar, se veía desolación y mucha pero mucha pobreza".
Al comentar luego la entrevista que le hicieron al Nuncio Apostólico en Haití, Mons. Bernardito Auza, el texto señala que el Arzobispo "nos recibió y nos concedió una entrevista extensa, larga, profunda, llena de emociones".
"Nos contó cómo había fallecido el Arzobispo de Puerto Príncipe, Monseñor Serge Miot, cómo los seminarios estaban en ruinas, que la Iglesia del Sagrado Corazón, la más hermosa de Haití, estaba ahora destruida, nos contó también que, de la Catedral, quedaban ahora solo escombros, que hacía falta ayuda para demasiada gente y que no se daban abasto con lo que tenían y que necesitan ayuda para los años, tal vez décadas, que tomará reconstruirlo todo, en un país en donde el estado, el gobierno, también ha quedado destruido, comenzando por el Palacio Presidencial. Nosotros pudimos ver dos ministerios: el de salud y el de cultura, hechos pedazos".
Tras relatar la experiencia de haber estado entre los escombros del seminario y haber visto "el pavor de los seminaristas" durante un nuevo sismo, y haber sorteado una balacera en el centro de la ciudad, el artículo da cuenta que "en la catedral pudimos ver algo interesante. Este templo y el del Sagrado Corazón tienen un Cristo muy parecido en la parte externa, hacia el lado derecho, que en ambos casos estaba en pie, prácticamente intacto. Algo de esperanza me nació cuando vi eso".
A continuación relata una de las partes más complicadas del viaje en el centro de Puerto Príncipe: "lo que vimos fue tal vez una de las cosas más duras. Cientos, miles de personas caminando hacia ningún lugar. Gente buscando ayuda, buscando a sus muertos, enfrentándose con lo que tenían: palos, piedras, escombros, etc. por algo de comer. Si alguien encontraba algo, caían encima otros y se lo llevaba el más fuerte. Caos por todos lados. Nadie ayudaba a nadie. Era la perfecta ley de la jungla".
Tras relatar la entrevista que realizaron a dos personas que lo habían perdido todo y que no tenían agua, comida, dinero para ellos y sus familias, la crónica se refiere al urgente llamado del Arzobispo de Santo Domingo, Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, quien "nos dijo una frase que se me ha quedado grabada y que me gustaría todos adoptásemos, no solo ante esta tragedia sino ante cualquier otra o ante cualquier necesidad de un hermano nuestro. ‘¿Qué nos toca hacer ahora? Solidaridad’"
Para leer la crónica completa, ingrese a: http://www.aciprensa.com/reportajes/haiti/testimonio.htm