A través de una columna de análisis, la revista católica Palabra Nueva de la Arquidiócesis de La Habana hizo un llamado a abrir el diálogo interno sobre la actual crisis económica de la Isla.
En el artículo escrito por el P. Boris Moreno, sacerdote y economista, la revista católica recuerda que la situación económica de Cuba "se ha tornado bastante complicada y con visos de caer ‘en picada’, con ‘rizos’ estremecedores como los acaecidos entre los años 1990 y 1994".
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"La política económica del gobierno", escribe el P. Moreno, "no ha sido capaz de remontar la cuesta del PIB del año 1989, un año que por demás no fue bueno. Dicha política ha estado marcada por una falta de definición tanto de perspectiva como de medios, secuestrada por la recentralización ideológica que quiere mantener a toda costa un orden de cosas que ahoga al país".
El artículo señala que el equipo económico del gobierno ha sido sustituido; y del nuevo equipo "no sabemos ni sus intenciones, ni propuestas, ni planes, quizá a tono con la prevalencia de lo ideológico que siempre ha primado sobre la racionalidad económica".
El artículo fustiga "la decisión de mantener un sistema económico que se cree imprescindible para eludir otras opciones políticas, a pesar de su manifiesta ineficiencia, el aislamiento del mercado interno con respecto al llamado ‘mercado emergente’ o en divisas, la dificultad de contar con recursos financieros frescos y de largo plazo, la postración del agro y la industria con niveles de eficiencia muy bajos".
La economía cubana, agrega el P. Moreno, "se ve ahora enfrentada, debido a sus desequilibrios internos, y atenazada por la difícil situación mundial, a un entorno muy preocupante".
Esto se debe, según señala, tanto "a la caída en el número de turistas" que visita la Isla, como la poca rentabilidad de la explotación de níquel con una caída del precio en un 80 por ciento.
Esta realidad pondrá "en una situación agobiante a la balanza de pagos, que lleva el peso del estancamiento de las exportaciones frente a unas importaciones que han crecido en un 43 por ciento", explica el Sacerdote y economista; quien advierte además que "los ingresos vía remesas, fundamentalmente provenientes de los Estados Unidos, se espera que caigan considerablemente debido a la crisis que experimenta con fuerza la economía estadounidense".
"A todo este cuadro hay que añadirle el hecho de que la liquidez en manos de la población ha crecido considerablemente", algo que según el experto puede "destapar una situación inflacionaria grave, similar con aquella del año 93 cuando 1 USD se cotizó en el mercado negro a 130-150 pesos".
"Los llamados a trabajar duro y con eficiencia no lograrán cambiar la situación. Las condiciones socioeconómicas de un país no cambian por los discursos o por decretos. Son imprescindibles decisiones que, por un lado, administren la crisis que se nos encima y, por otro, preparen las condiciones para un cambio de entorno que permita la emergencia de fuerzas empresariales que le den un tono dinámico a la economía cubana", señala el P. Moreno, quien propone algunas medidas "mínimas":
La promoción del trabajo por cuenta propia, "con una ley que provea amparo jurídico a esta forma de trabajo.
Implementación y ampliación del pago por resultados.
Inversión extranjera con mayores seguridades.
Realización del presupuesto según el principio de subsidiariedad.
Sin embargo, el Sacerdote propone algunas medidas de "anestesia general": "Creo que la primera y más importante, porque generaría un clima favorable al debate, sería el compromiso formal del gobierno en reconocer la capacidad de opinar de todos los ciudadanos sin que esto implique represalias de ningún tipo".
"No se debería demorar la entrada de Cuba en los mecanismos internacionales para poder viabilizar el flujo de recursos financieros frescos", agrega el P. Moreno; quien reconoce que estas medidas no son conclusivas ni abarcan todo el entorno económico, pero pueden dar una idea del manejo bien difícil pero necesario que exige nuestra economía".
"Me gustaría que a partir de este artículo, con el auspicio de la dirección de la revista, se pudiera debatir sobre estas y otras medidas", concluye el Sacerdote con un Máster en Ciencias Económicas.