Miles de fieles y peregrinos se dieron cita en la Plaza de San Pedro este medio día para rezar el Ángelus dominical junto al Papa Benedicto XVI, quien al introducir la oración mariana hizo una reflexión sobre la caridad en cuanto núcleo de la existencia cristiana.
“La vía de la perfección no consiste en el poseer cualidades excepcionales sino en la caridad, en el amor auténtico que Dios ha revelado en Jesucristo”, dijo el Papa al meditar sobre la segunda lectura que propone la liturgia el día de hoy.
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El Pontífice agregó que “la caridad es el don más grande, que da valor a todos los otros dones. Quien ama verdaderamente no busca el propio interés, todo lo perdona, todo lo cree, en todo espera y todo lo soporta”.“La caridad es el distintivo del cristiano. Es la síntesis de toda su vida: de aquello que cree y de aquello que hace. El amor es la esencia de Dios mismo, es el sentido de la creación y de la historia, es la luz que da bondad y belleza a la existencia de cada hombre”, afirmó Benedicto XVI.
Continuando con su reflexión sobre el amor, el Santo Padre dijo que este es “la esencia de Dios mismo, es el sentido de la creación y de la historia, es la luz que da bondad y belleza a la existencia de cada hombre”.
Finalmente, el Santo Padre recordó a los santos cuya vida es “un himno a la caridad, un cántico viviente al amor de Dios”.Terminadas sus palabras introductorias Benedicto XVI rezó el Ángelus, saludó a los presentes en diversos idiomas e impartió su Bendición Apostólica.