El postulador de la causa de beatificación del venerable Papa Juan Pablo II, P. Slawomir Oder, presentó hoy su nuevo libro sobre este recordado Pontífice titulado "Por qué es santo", en el que explica las razones que considera deben llevar al Papa peregrino a los altares.
Este nuevo volumen, presentado también por el Prefecto Emérito de la Congregación para las Causas de los Santos, Cardenal José Saraiva, ha contado la colaboración del periodista Saverio Gaeta y ha sido editado por Rizzoli. En su primera edición tiene un tiraje de 30 mil copias.
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"Por qué es santo" ha sido elaborado con la información de los 114 testimonios recogidos en la investigación diocesana de la causa de beatificación y que muestran un poco más la vida de Juan Pablo II.
En declaraciones a Radio Vaticano, el P. Oder comenta que el Papa peregrino es "un hombre absolutamente enamorado de Dios. Un hombre que ha pasado toda su vida en clave de amistad espiritual con el Señor. Un hombre que ha vivido intensamente este relación espiritual, que tal vez ha sido más intensa por el hecho de que desde niño estuvo privado de las referencias de los afectos humanos".
"Toda la intensidad de su riqueza humana, porque era un hombre verdadero, está en su búsqueda de la relación con Cristo", añade el P. Oder.
En el libro se aprecia un texto en el que el Papa puso por escrito su voluntad de renunciar al Pontificado en caso de padecer una "enfermedad incurable" que le impidiera "ejercitar suficientemente las funciones del ministerio cetrino". En otra carta de 1994, Juan Pablo II señalaba que, "después de haber rezado y reflexionado mucho" había considerado el deber de "seguir las disposiciones y el ejemplo de Pablo VI, quien, planteándose el mismo problema, juzgó que no podía renunciar al mandato apostólico sino en presencia de una enfermedad incurable o de un impedimento tal que obstaculizara el ejercicio de las funciones del sucesor de Pedro".
El texto también se refiere a una carta abierta del Papa peregrino a Ali Agca, fechada el 11 de septiembre de 1981, escrita en polaco e incompleta. Al respecto Saverio Gaeta comenta que "ya en la ambulancia había comenzado esta invocación personal ante el propio agresor y quería reconfirmarla –a cinco meses de distancia– mostrando, entonces que no era un acto instintivo y emotivo aquel hecho en la ambulancia y luego de algunos días pronunciado en el (policlínico) Gemelli".
Gaeta continúa: el Papa "quería que esto fuera un gesto meditado y convencido para documentar cómo el perdón cristiano hace parte de la experiencia total de la fe y del amor, subrayando que también un gesto así de terrible, el atentado, no debía hacer que el hombre se enfrente al hombre".
El libro también relata que antes de este atentado, el servicio secreto italiano había informado a las autoridades del Vaticano el plan de las llamadas "Brigadas rojas" para secuestrar al Papa. Además se cuenta las penitencias del Santo Padre en Cuaresma y la práctica del Vía Crucis todos los viernes. El P. Oder da cuenta que Juan Pablo II "se infligía al propio cuerpo diversas mortificaciones" con un "cinturón particular".
La santidad del Papa, retoma Saverio Gaeta, también podría apreciarse en la vida diaria: "para Juan Pablo II la santidad era realmente algo que aparecía en todos los momentos de la cotidianidad, con la que la santidad era hacer la broma justa en el momento justo, o hincarse en oración luego de haberse lavado las manos antes de celebrar la Santa Misa, y caer verdaderamente en el misticismo más puro en la total ausencia del tiempo y de lo que sucedía en torno a él".
"Podemos decir con una broma –que es una que cuento al inicio del libro– un episodio en el que responde a una hermana que lo veía un poco demacrado: ‘estoy preocupada por vuestra Santidad’ a lo que respondía con amabilidad: ‘también yo estoy preocupado por mi santidad’. Era una broma simpática, que dicha así de pronto hace comprender cuánto el Papa tenía esto claro en todo momento de la jornada y en toda situación", concluye Gaeta.