Al presidir el rezo de las Vísperas en la Basílica de San Pablo de Extramuros en Roma en la fiesta de la conversión del Apóstol de Gentes, el Papa Benedicto XVI resaltó la necesidad del testimonio común de los cristianos y una nueva evangelización ante un mundo cada vez más "marcado por la indiferencia religiosa e incluso por una creciente aversión a la fe cristiana".
En la celebración litúrgica al finalizar la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, sobre el tema: "Vosotros sois testigos de todas estas cosas" y ante diversos representantes de otras confesiones cristianas, el Santo Padre resaltó que "la invitación a un testimonio común de Cristo resucitado según el mandato que confió a los discípulos, está unida al recuerdo del centenario de la Conferencia misionera de Edimburgo, en Escocia, que es considerado por muchos como un acontecimiento determinante para el nacimiento del movimiento ecuménico moderno".
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"Precisamente el deseo de anunciar a los demás a Cristo y de llevar al mundo su mensaje de reconciliación hace experimentar la contradicción de la división de los cristianos. La comunión y la unidad de los discípulos de Cristo es, por tanto, condición particularmente importante para una mayor credibilidad y eficacia de su testimonio".
Benedicto XVI destacó luego que "en un mundo marcado por la indiferencia religiosa, e incluso por una creciente aversión a la fe cristiana, es necesaria una nueva, intensa, actividad de evangelización, no sólo entre los pueblos que nunca han conocido el Evangelio, sino también en aquellos en los que el cristianismo se difundió y forma parte de su historia".
Tras poner de relieve que siguen existiendo "cuestiones que nos separan a unos de otros, y que esperamos que se puedan superar a través de la oración y el diálogo", el Papa afirmó que hay sin embargo "un contenido central del mensaje de Cristo que podemos anunciar juntos: la paternidad de Dios, la victoria de Cristo sobre el pecado y sobre la muerte con su cruz y su resurrección, la confianza en la acción transformadora del Espíritu".
"Mientras estamos en camino hacia la comunión plena, estamos llamados a ofrecer un testimonio común frente a los desafíos cada vez más complejos de nuestro tiempo, como la secularización y la indiferencia, el relativismo y el hedonismo, los delicados temas éticos concernientes al principio y al final de la vida, los límites de la ciencia y de la tecnología, el diálogo con las demás tradiciones religiosas".
El Papa Benedicto XVI señaló además que "hay además ulteriores campos en los que debemos dar desde ahora un testimonio común: la salvaguarda de la Creación, la promoción del bien común y de la paz, la defensa de la centralidad de la persona humana, el compromiso para vencer las miserias de nuestro tiempo, como el hambre, la indigencia, el analfabetismo, la desigual distribución de los bienes".
"El compromiso por la unidad de los cristianos no es sólo tarea de algunos, ni actividad accesoria para la vida de la Iglesia. Cada uno está llamado a dar su aportación para llevar a cabo los pasos que lleven a la comunión plena entre todos los discípulos de Cristo, sin olvidar nunca que es ante todo un don de Dios que hay que invocar constantemente", concluyó.