El Prefecto de la Congregación para el Clero, Cardenal Claudio Hummes, explicó que la Iglesia acoge a todas las "legítimas diversidades en su seno" y exhorta siempre a sus sacerdotes a cumplir sus compromisos. A quienes siendo presbíteros están una situación irregular los anima a regularizarla.
En entrevista concedida a L’Osservatore Romano, el Purpurado indicó que la Iglesia Católica "está pronta a acoger a todas las legítimas diversidades en su seno. No se preocupa de categorías humanas que hablan de derecha, izquierda, progresistas, conservadores. La nuestra no es una Iglesia sectaria. Es católica, es una, santa, apostólica y pronta a abrazar a todos, como una gran madre".
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La Iglesia, dijo luego el Prefecto, "ofrece a todos la posibilidad de cumplir caminos diversos en el común testimonio del Evangelio. Si se piensa en la historia de las órdenes religiosas, en sus diferentes espiritualidades, se ve que son diversas unas de otras pero todas capaces de portar la riqueza de los carismas en la única Iglesia de Cristo. Naturalmente todos deben caminar en la unidad. Pero unidad no quiere decir uniformidad".
Apertura a los anglicanos
Al ser preguntado sobre si en este contexto el Papa publicó la constitución apostólica Anglicanorum coetibus, que explica el modo en que los anglicanos pueden retornar a la plena comunión de la Iglesia, el Cardenal dijo que "sí, sin duda. Entrar a hacer parte de nuestra comunidad eclesial ha sido pedido de ellos. La Iglesia Católica no ha hecho más que abrir sus puertas, como es su estilo de acogida".
"A los anglicanos venidos entre nosotros –afirmó– ella ofrece la posibilidad de vivir la fe, también en una forma un poco diversas, manteniendo algunas de las características de su rito, de su espiritualidad, de su liturgia, es decir de todo lo que hace posible que la vivan sin comprometer la unidad de la comunión eclesial. Esto significa así que entran plenamente en la comunión eclesial".
El Prefecto de la Congregación para el Clero se refiere luego a los sacerdotes que se encuentran en una situación irregular y los exhorta a normalizar su situación: "la Iglesia no abandona a nadie, nadie es excluido del amor, de la fraternidad. Ni siquiera cuantos todavía no han tomado de la decisión de pedir la dispensa, que es siempre lo mejor que pueden hacer en ciertos casos".
"Quien ha abandonado de facto el ministerio o quien de alguna manera ya no está más en las condiciones necesarias para seguir adelante, está llamado a regularizar la situación, como sacerdote, ante Dios, ante la Iglesia y ante su misma conciencia".
Seguidamente el Cardenal Hummes aseguró que "solicitando oficialmente ser dispensado de estas obligaciones se regresa a una situación correcta para vivir ante Dios. Al final, en suma, se ofrece siempre a todos la posibilidad de recuperar el estado de gracia".
Tras ser cuestionado, entonces, si "se puede uno arrepentir y volver", el Prefecto dijo que "sí, considerando que son necesarias diversas condiciones y una verdadera conversión para volver a ejercer el ministerio".