En la inauguración del segundo Año Santo 2010 en Caravaca de la Cruz (España), el Arzobispo de Madrid, Cardenal Antonio María Rouco Varela, señaló a los cerca de 2 mil peregrinos presentes que "los resultados del Jubileo serán muchos: frutos de convivencia, acercamientos entre regiones de España y del extranjero, especialmente entre los hermanos de Europa, así como el aumento de la fe".

La inauguración de este nuevo Año Jubilar que, "tras siete años de espera, supone la puerta de entrada de las peregrinaciones hacia la Basílica Santuario de la Vera Cruz", se enmarcó en una Eucaristía presidida por el Cardenal y concelebrada por el Obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes, y el Obispo Emérito de la misma diócesis, Mons. Javier Azagra Labiano.

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El Purpurado señaló que la experiencia del jubileo "no puede ser de más actualidad en este momento tan crítico por el que atraviesa la sociedad contemporánea, que interpela con tanta gravedad a la Iglesia convocada por Juan Pablo II y Benedicto XVI a una nueva evangelización".

Asimismo, el Cardenal aludió a "la crisis económica y social como ejemplo de la falsedad y debilidad de la nueva versión ideológica del superhombre" y abogó por "soluciones éticas, espirituales y teológicas de fondo".

Por su parte, Mons. Lorca destacó "la trascendencia del ‘lignun crucis’ –una partícula de la Cruz de Cristo– para los creyentes" y subrayó la "veneración de la cofradía de la Santísima y Vera Cruz, a la que le esperan 365 días de generoso trabajo".

"Durante este Año Jubilar todos los peregrinos podremos recorrer un camino de fe que culminará en la Cruz", agregó.

Durante el Año Jubilar 2010, se espera superar el millón de peregrinos que la ciudad acogió durante el primer jubileo celebrado en 2003.