La sociedad estadounidense es testigo en estos días del drama de una ex lesbiana que concibió una niña mientras estuvo bajo una unión civil con otra mujer y ahora es forzada por una corte a entregar la custodia de su hija biológica a su ex pareja.
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Lisa Miller concibió por inseminación artificial a su hija Isabel en el año 2002, cuando vivía en Vermont en una unión civil con Janet Jenkins.
Según informa el New York Times, un año más tarde, Miller se separó de Jenkins, abandonó la práctica homosexual y se convirtió al cristianismo.
Jenkins inició una acción legal pidiendo la custodia de Isabella en un tribunal de Vermont, alegando que la ley de unión civil homosexual de Vermont le da garantías a sus derechos parentales.
El juez William D. Cohen, de la Corte de Familia de Vermont concedió importantes derechos de visita a Jenkins, que Miller desobedeció por considerar que las prácticas de su ex pareja y su activa homosexualidad son peligrosas para su hija. Su actitud fue considerada como desacato al tribunal y el tribunal otorgó la custodia de la niña a Jenkins el 20 de noviembre pasado.
Según Miller, su hija ha mostrado "reacciones violentas" a las anteriores visitas que hizo a Jenkins y la niña se quejó con su madre por que Jenkins la habría obligado a bañarse juntas desnudas.
"Yo no me siento segura de dejar a mi hija con ella, y creo que es un derecho constitucional que mis hijos crezcan en la forma como yo lo decida. Aquí hay una agenda homosexual e Isabella es un peón en su juego", declaró Miller a Newsweek.
El grupo de defensa legal Liberty Council, que representa a Miller, afirma que durante los últimos cinco años, Jenkins "no ha tratado de llamar por teléfono ni de escribir a Isabella".
Asimsimo, sostiene que Jenkins "se ha negado a asistir a la fiesta de Navidad de Isabella, a sus obras de teatro, porque no quiere estar cerca de un ambiente cristiano. Ella también ha dicho que no es lo mejor para Isabella ser criada en un hogar cristiano".
Maggie Gallagher, presidenta de la Organización Nacional para el Matrimonio, explicó a Catholic News Agency que este acto debe ser "una llamada de advertencia" para no introducir uniones civiles entre personas del mismo sexo si no quieren darles derechos legales sobre sus hijos".