El Obispo de Melipilla, Mons. Enrique Troncoso, suspendió de sus funciones ministeriales al P. Ricardo Muñoz Quinteros, acusado de pederastia y que ya ha sido detenido por las autoridades. Asimismo recordó que "en la Iglesia no hay lugar para personas que abusan sexualmente de menores".
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En una declaración dada a conocer hoy, el Prelado señala primeramente su "estupor" ante las acusaciones hechas al sacerdote y afirma que "como corresponde en estos casos, la autoridad eclesiástica prestará toda su colaboración con las instancias judiciales a las que corresponde esclarecer la verdad de los hechos. Confiamos en la acción de los tribunales de justicia y respetaremos sus dictámenes".
Sin perjuicio de lo anterior, prosigue el texto "y dada la gravedad de las situaciones que se han divulgado públicamente, abriremos una investigación causa canónica conforme al ordenamiento jurídico particular de la Iglesia. El sacerdote Muñoz queda suspendido de sus funciones ministeriales para facilitar la pronta acción de la justicia".
Mons. Troncoso resalta luego que "si bien las conductas que se atribuyen al sacerdote Muñoz son impropias del ministerio sacerdotal y además motivo de escándalo y decepción para la comunidad, la acusación de pedofilia resulta particularmente grave en un clérigo" dado que "en la Iglesia no hay lugar para personas que abusan sexualmente de menores".
Seguidamente expresa su cercanía a "todas las personas que, de un modo u otro, se ven afectadas por las situaciones que se denuncian, entre ellas especialmente a las presuntas víctimas y a sus familiares".
El Obispo de Melipilla se dirige luego a las comunidades en donde ha servido el sacerdote y les expresa su "afecto de Pastor en un momento de comprensible decepción y desconcierto. Queremos pedir perdón a Dios y a los hermanos. Y a la vez respetar al inculpado en sus derechos y en la espera de las pruebas de acusaciones y del juicio".
Finalmente el Prelado chileno pide, en el marco del Año Sacerdotal, que los católicos recen y reflexionen "para que como Iglesia sepamos enfrentar con madurez cristiana situaciones como ésta que causan dolor a personas y familias, y para que el Señor nos regale santos sacerdotes que anuncien con su vida la buena noticia del Evangelio, como lo hace la inmensa mayoría de los 2.400 sacerdotes que sirven en Chile".