El Obispo de Puerto Iguazú (Argentina), Mons. Marcelo Raúl Martorell, animó, en su homilía del 4° domingo de Adviento, a vivir la Navidad en actitud de servicio y fe como María, quien "inmediatamente de engendrar a Jesús, lo lleva a su prima Santa Isabel".
Tras recordar el pasaje de la Visitación, el Prelado señaló que María "nos enseña cómo una simple criatura puede -por la fe- asociarse al mismo misterio de Cristo y llevarlo al mundo mediante un ‘sí’ vivido constantemente en la fe y en el amor a Dios, obedeciéndole amorosamente y llevando ese ‘amor puro’ al corazón de los hombres".
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"¡Si pudiéramos renovar nuestros corazones en el amor del Dios que nace y de su Madre que le sirvió y nos sirve! ¡Cuánto podría cambiar nuestro mundo, nuestros niños y jóvenes que se enloquecen y engañan con la moda del alcohol y las mezclas que les destrozan el cerebro y el corazón! Nosotros podríamos cambiar este mundo por la gracia de Cristo que nace en Belén".
"Si todos nosotros nos propusiéramos la meta de vivir con un poquito más de fe: ¡cómo cambiarían nuestros corazones y nuestras vivencias tan entregados a las cosas mundanas y al egoísmo del placer!", advirtió.
"¡Ánimo hermanos! Que ésta sea una Navidad distinta a las otras. Que María Santísima nos ayude en esta Navidad a estar más cerca de Jesús que nace en Belén y renacer con Él a una vida nueva", exhortó el Prelado.