El Prefecto de la Congregación para el Clero, Cardenal Cláudio Hummes, alentó a los sacerdotes a no descuidar la oración porque ella fortalece el ministerio al cultivar "la intimidad del discípulo con su Maestro, Jesucristo".
"Verdaderamente sin el alimento esencial de la oración, el Presbítero enferma, el discípulo no encuentra la fuerza para seguir al Maestro y, de esta manera, muere por desnutrición", advirtió el Purpurado en una carta.
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El también Arzobispo Emérito de Sao Paulo recordó que "la oración ocupa necesariamente un sitio central en la vida del Presbítero" y se trata de un arma para vencer al diablo, quien por su parte busca debilitar al pastor para poder acabar con las ovejas.
"(San Juan) Crisóstomo advierte que la disminución de los pastores hace y hará disminuir siempre más el número de los fieles de la comunidad. Sin pastores, nuestras comunidades quedarán destruidas", señaló.
El Cardenal Hummes indicó que la consecuencia existencial de la falta de oración para el sacerdote "será aquella de tener menos alegría y menos felicidad en el ministerio de cada día".
La autoridad vaticana recordó que el sacerdote también tiene "necesidad de encontrar apoyo en la oración de la Iglesia y de cada cristiano", y cuando se da cuenta "de que su vida de oración resulta débil es entonces el momento de dirigirse al Espíritu Santo y pedir con el ánimo de un pobre. El Espíritu volverá a encender la pasión y el encanto hacia el Señor, que se encuentra siempre allí y que quiere cenar con él".
Finalmente, invitó a los presbíteros a renovar junto al pesebre "aquella intimidad de amigo y de discípulo (de Cristo) para enviarnos de nuevo como sus evangelizadores".