El Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Cardenal Juan Luis Cipriani, invitó a los fieles a acoger la gran revolución de la Navidad que el mundo no quiere aceptar, que es que Dios se hizo hombre y apuesta por el ser humano.
Durante el programa radial Diálogo de Fe, el Purpurado afirmó que "el nacimiento de Jesús detiene el mundo y es un hecho que no pasa desapercibido a nivel global".
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Por ello, animó a prepararse para la Navidad acudiendo a los sacramentos de la Reconciliación y la Eucaristía. Indicó que la alegría y la esperanza de esta fiesta son perfectamente compatibles con el dolor y el sufrimiento, porque "el dolor es el comienzo del amor. Lo que uno más quiere casi siempre supone esfuerzo y sacrificio".
"A estas dificultades, dolores y malas situaciones, Jesús nos da una visión más optimista en donde las cosas pueden mejorar, si nosotros cambiamos. Nuestras miserias personales encuentran en ese Niño, el inicio del perdón", expresó.
En ese sentido, llamó a acoger las palabras del Papa Benedicto XVI, quien dijo "que no debemos intoxicarnos de todas las cosas malas del mundo", porque aunque evidentemente ocurren, no podemos afirmar que todo es negativo, "porque no es verdad".
"El bien es mayor que el mal, la alegría es mucho mayor que la tristeza, la salvación está mucho más al alcance de tu mano; por lo tanto, levanta tu mirada al Señor en esta Navidad", exhortó el Cardenal Cipriani.
Asimismo, durante la Misa dominical, el Purpurado alentó a los católicos a ser embajadores de Cristo convirtiéndose. "Acércate a Jesús con verdadera paz, pídele perdón, haz el propósito en estos días de acercarte a la confesión y elimina de tu corazón críticas, cóleras, injusticias, odios y violencias", invitó.
El Arzobispo de Lima afirmó que Jesús viene a traer la alegría "que no consiste en tener muchas cosas, ni poder, ni ser muy conocido", sino en saber que Dios ama al hombre.
"Piénsalo bien, porque hoy el mundo parece observar un gran silencio de Dios. La verdadera alegría –lo enseña el Papa– no consiste en tener muchas cosas sino en ser amado por el Señor, en hacerse un don, una entrega para los demás, en quererse unos a otros", afirmó.