La agencia vaticana Fides recogió las positivas reflexiones de algunos obispos y sacerdotes chinos ante la carta que el Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Tarcisio Bertone, les dirigió con ocasión del Año Sacerdotal.
A un mes de la difusión de la carta, Fides reprodujo un texto escrito por un grupo de obispos y sacerdotes chinos en el que comparten sus propias esperanzas e impresiones.
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"La carta del Cardenal Bertone no critica y no habla de las interminables disputas del pasado y de los nuevos contrastes de hoy. Tampoco hace referencia a algunos incidentes de los últimos tiempos" se puede leer en el texto, que subraya como el Cardenal Bertone más bien se dirige a los sacerdotes chinos "con un corazón paterno", exhortándolos con afecto a seguir el ejemplo de S. Juan María Vianney, de ese modo los "sacerdotes chinos han sido calurosamente alentados y fuertemente animados por la exhortación de esta alta personalidad de la Santa Sede y de su invitación que infunde esperanza".
Según informa Fides, tanto la carta del Cardenal Bertone como la anterior del Papa Benedicto XVI, "confirman la profunda preocupación de la Iglesia Católica por la China y la comprensión y el amor por los sacerdotes chinos mostrada por el Papa, el Secretario de Estado y altas personalidades de la Santa Sede".
"Los sacerdotes chinos están muy agradecidos al Papa y al Secretario de Estado por su amor y por su interés y están de acuerdo con los puntos que han destacado en su exhortación: cultivar las virtudes sacerdotales, promover la madurez en la formación humana y organizar mejor las comunidades de la Iglesia", indican.
Los sacerdotes sostienen que "el Cardenal Bertone comprende muy bien la situación social en la que se encuentra la Iglesia católica en China y sus problemas" y, por lo tanto, no les pide a los sacerdotes chinos continuar discutiendo sobre "quién tiene la razón y quién no", sino más bien poniendo el punto de atención en "el sumo sacerdote Jesucristo y en el modelo de sacerdote de San Juan María Vianney".
El texto concluye recordando que "si bien se necesitará tiempo para poder normalizar las relaciones China – Vaticano y será seguramente un camino difícil, no se puede negar el hecho que dichas relaciones estén en un periodo de transición. Por lo tanto, nosotros sacerdotes chinos tenemos que prepararnos poco a poco para poder construir nuestro futuro cuando llegue el momento en que se normalicen las relaciones China – Vaticano".