El Departamento Justicia y Paz, de la Vicaría de Solidaridad del Obispado de Quilmes, pidió en el día de los Derechos Humanos, que autoridades y ciudadanos conviertan los abundantes discursos sobre este tema en el respeto cotidiano a la dignidad humana.
"Los Derechos Humanos, tan nombrados públicamente en estos días y, sin embargo, tan poco respetados. Con una gran vigencia normativa, pero con tanto por avanzar para su pleno goce y ejercicio. Es una ocasión que nos convoca para aceptar el desafío de pensar juntos y juntas los graves sucesos que nos involucran a todos y todas como sociedad y que configuran violaciones a los derechos humanos", indica el departamento.
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Asimismo, asegura que "a 61 años de la proclamación universal de los Derechos Humanos, diariamente descubrimos cuánto falta para su efectivo respeto y vigencia, y nos alarmamos cuando la democracia, presupuesto necesario para ese efectivo respeto y vigencia, se ve debilitada como lo ha sido en estas últimas elecciones, mediante las figura de la candidaturas testimoniales".
También recuerda que "cuando hablamos de violaciones a los derechos humanos, hablamos de vulneraciones que atentan contra los derechos fundamentales del hombre, y que son cometidas por el Estado, en forma directa por su accionar o en forma indirecta por su omisión".
Tras precisar que "sin perjuicio de la primordial responsabilidad del Estado en este aspecto, es bueno recordar que en los hechos, es tarea de todos y todas, colaborar de alguna manera para avanzar en la plena vigencia de estos derechos", subraya que "existe un grado de responsabilidad de cada ciudadano y ciudadana, y esa responsabilidad tiene el ancho de las posibilidades de las que se goza, es así que se aplican plenamente las palabras de Jesús cuando dice: ‘A quien se le dio mucho, se le pedirá mucho...’".
"Es por ello que, en nuestro caso, no decir en voz alta y con claridad, las situaciones que atentan contra la dignidad humana y violan los derechos humanos, significaría una irresponsabilidad cercana a la complicidad, que la raíz del mensaje profético del evangelio nos impulsa a evitar", agrega.