El Papa Benedicto XVI recibió hoy el saludo de la hermana de Jacques Fesch, Monique, tras la audiencia general. Este joven francés asesinó a un policía y fue condenado a morir en 1957. En la cárcel su conversión fue tan radical que en 1993 el entonces Arzobispo de París, Cardenal Jean Marie Lustiger, abrió su proceso de beatificación.
Según explica L'Osservatore Romano en el encuentro con el Santo Padre también se encontraba, acompañando a Monique Fesch, el Cardenal Angelo Comastri quien cuenta que "fue un preso, cuando era capellán en la (cárcel) Regina Coeli, quien me hizo conocer la fascinante historia de Fesch".
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
"Es un testimonio único: joven de una rica familia, se convierte en asesino y es condenado a muerte. Tenía 27 años. En la cárcel vivió una conversión radical, fulgurante, alcanzando sendos picos de espiritualidad", dijo el Purpurado.
Por su parte, Monique señala que "con mi hermano nos entendíamos a lo grande. Ocho años mayor y fui su madrina de bautismo. Yéndolo a buscar en prisión he podido seguir de cerca su extraordinaria conversión".
Junto al biógrafo Ruggiero Francavilla, Monique le mostró al Papa algunas de las cartas escritas por Jacques mientras estaba en prisión.
Jacques Fesch asesinó a un policía el 25 de febrero de 1954 en París tras un frustrado robo. Con su detención se iniciarían un periodo de poco más de tres años en los que vivió una conversión que lo llevó a redactar una serie de escritos profundamente espirituales. Fue condenado a morir guillotinado el 6 de abril de 1957 y el 1 de octubre de ese mismo año se ejecutó la sentencia.
Su esposa Pierrette y su hija se dedican entonces a defender su memoria, logrando luego, con la ayuda de una hermana carmelita, la publicación de sus textos, entre los que se encuentra el diario "Dentro de cinco horas veré a Jesús".
Al iniciar su proceso de beatificación en 1993, el Cardenal Lustiger dijo:"espero que un día se le venere como una figura de la santidad".