Al presidir el Angelus dominical en la Plaza de San Pedro, el Papa Benedicto XVI resaltó la incansable labor de la Iglesia en la lucha contra el SIDA y alentó a todos a proseguir en esta importante tarea, al tiempo que expresó su cercanía a quienes la padecen, especialmente “a los niños, los pobres y quienes son rechazados”.
Al recordar que “el próximo 1 de diciembre se celebra la Jornada Mundial contra el SIDA”, el Papa señaló que “mi pensamiento y mi oración se dirigen a las todas las personas afectadas por esta enfermedad, en particular a los niños, a los más pobres y a cuantos son rechazados”.
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La Iglesia, dijo el Santo Padre, “no deja de prodigarse para combatir el SIDA, a través de sus instituciones y el personal dedicado a esto. Exhorto a todos a dar su propia contribución con la oración y la atención concreta, a fin de que cuantos están afectados por este virus experimenten la presencia del Señor que da consuelo y esperanza”.
Finalmente expresó su deseo de que “multiplicando y coordinando los esfuerzos, se llegue a detener y debelar esta enfermedad”.