El Primer Ministro británico, Gordon Brown, consultará en Trinidad (Caribe) a sus colegas de la Commonwealth la posibilidad de abolir la ley que desde hace tres siglos prohíbe a los católicos ocupar el trono de Inglaterra.
Según información del diario "The Daily Telegraph", recogida por el diario La Razón, "la actual monarquía británica parecer estar abierta a un posible cambio constitucional de esa naturaleza".
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La denominada "Act of Settlement" (Ley de Instauración) señala que los miembros de la familia real británica no pueden convertirse al catolicismo o casarse con una persona católica sin renunciar a la orden de sucesión al trono. La misma norma establece que los varones tienen preferencia a las mujeres en la línea de sucesión.
Según recuerda el diario español, la norma data "de la llamada Revolución Gloriosa, de 1688, cuando el católico Jacobo II fue derrocado en favor del protestante Guillermo de Orange, y fue luego ratificada por la Ley de Instauración".
Al dirigirse a los miembros del Parlamento antes de la cita de Trinidad, Brown reconoció que la mayoría de británicos reconoce la necesidad de modificar la ley pero aclaró que este cambio compete al Reino Unido como a todos aquellos reinos donde Isabel II es actualmente jefa del Estado.
"Por eso es importante discutirlo con todos los miembros de la Commonwealth, incluidos países como Australia y Canadá", explicó.
El liberal demócrata Evan Harris, intentó un cambio legislativo este mismo año mediante el procedimiento de presentar un proyecto de ley individual, pero éste no prosperó al ser rechazado por el Gobierno.
Según Harris, "todos los partidos de la Cámara (de los Comunes) están de acuerdo en que la discriminación contra las princesas y los cónyuges católicos no tienen justificación y que el lenguaje utilizado en la Ley de Instauración es ofensivo".