En su habitual catequesis de la Audiencia General realizada este miércoles en el Aula Pablo VI, el Papa Benedicto XVI se refirió a dos monjes del siglo XII, Hugo y Ricardo de San Víctor, de quienes se puede a contemplar a la Santísima Trinidad como modelo de caridad y comunión fraterna para impregnar con ellas todas las realidades humanas, empezando por las familias.
El Santo Padre explicó que se sabe poco de los orígenes de Hugo de San Víctor; "quizá nació en Sajonia o en Flandes" y falleció en 1141. "Alcanzó una notable fama y estima, hasta el punto de ser llamado un ‘segundo San Agustín’ por su dedicación a las ciencias profanas y a la teología".
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Seguidamente Benedicto XVI afirmó que "Hugo de San Víctor es un típico representante de la teología monástica, fundada en la exégesis bíblica. Decía que antes de descubrir el valor simbólico y la enseñanza moral de las narraciones bíblicas, es necesario conocer y profundizar en el significado de la historia narrada en la Escritura; de lo contrario –advertía con un parangón eficaz– se corre el riesgo de ser como un experto en gramática que ignora el alfabeto".
"A quien conoce el sentido de la historia descrita en la Biblia, las vicisitudes humanas aparecen marcadas por la Providencia divina, según un designio bien ordenado, salvaguardando siempre la libertad y la responsabilidad del ser humano", añadió.
El Papa explicó luego que en el Tratado "De Sacramentis christianae fidei", Hugo señala tres elementos que definen un sacramento: "la institución por parte de Cristo, la comunicación de la gracia y la analogía entre el elemento visible –material–, y el elemento invisible, que son los dones divinos".
"También hoy es importante que los animadores litúrgicos, y en particular los sacerdotes, valoren con sabiduría pastoral los signos propios de los ritos sacramentales, cuidando atentamente la catequesis, para que todos los fieles vivan las celebraciones de los sacramentos con devoción, intensidad y alegría espiritual", agregó.
Hablando luego de Ricardo, el Papa explicó que provenía de Escocia y que fue "prior de la Abadía de San Víctor de 1162 a 1172, año de su muerte". En el estudio de la Biblia "privilegia a diferencia de su maestro, el sentido alegórico, el significado simbólico de la Escritura".
En sus enseñanzas, continuó el Santo Padre, "invitaba a los fieles a ejercitar las virtudes, aprendiendo a disciplinar y a ordenar con la razón los sentimientos y las mociones interiores afectivas y emotivas. Solo cuando el ser humano ha alcanzado equilibrio y madurez humana en este campo, puede acceder a la contemplación".
"Hugo y Ricardo de San Víctor nos mueven a la contemplación de las realidades celestes y a la admiración de la Santísima Trinidad" como modelo "de comunión perfecta. ¡Cuánto cambiaría el mundo si en las familias, en las parroquias y en cualquier comunidad, las relaciones se vivieran siguiendo siempre el ejemplo de las tres Personas divinas, en las que cada una vive no sólo con la otra, sino para la otra y en la otra!".
Al final de la audiencia, el Papa saludó entre otros a los responsables y al personal de la emisora "Tele Lumiere-Noursat", del Líbano, a quienes alentó a "proseguir con generosidad la misión al servicio del Evangelio, de la paz y la reconciliación en Líbano y en toda la región".
En su saludo en español el Papa Benedicto XVI se dirigió de manera particular "a los peregrinos provenientes de España, Costa Rica y otros países de Latinoamérica. A todos os invito a profundizar en la contemplación divina para crecer en la caridad y en la comunión fraterna. Muchas gracias".