El Arzobispo de Tuxtla Gutiérrez, Mons. Rogelio Cabrera López, alentó a los católicos a cultivar la virtud del discernimiento para descubrir qué desea Dios de nosotros y tener una actitud cristiana ante el final de la vida.
"Ante el fin hay una actitud, que se convierte en virtud: el discernimiento. El saber discernir nos permite actuar movidos por la conciencia y la reflexión", afirmó el Prelado, quien señaló que muchos se angustian ante el final de la vida "y otros inconcientemente quieren acelerar el término como impulsados por una fatalidad". Sin embargo, afirmó, "recordar que el final se acerca es muy sano para vivir".
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Mons. Cabrera explicó que el discernimiento es inherente a la mente humana y con el tiempo puede llegar a ser "una cualidad cada vez más aguda, completa y profunda". El Prelado recomendó recurrir a la prudencia pero advirtió que "actuar pragmáticamente y con cálculo no garantiza la buena reflexión".
Asimismo, indicó que para un buen discernimiento se deben tener presentes los aspectos mental y espiritual, porque "hay disposiciones de la mente que nos permiten ver las cosas con profundidad y nos sacan favorablemente de la superficialidad, pero es importante remarcar el impacto que tiene en todo, la vida espiritual", porque quien vive en Dios "se preguntará por la voluntad del Señor".
Finalmente, Mons. Cabrera señaló que el discernimiento también tiene un planteamiento vocacional que nos obliga a preguntarnos qué queremos ser. "Es necesario aclarar que el tema vocacional no se restringe a los sacerdotes o religiosas sino a toda persona. Tener vocación es saber qué quiere Dios de mí, a dónde quiero ir y cómo determinar conscientemente mi opción de vida", indicó.
El texto completo se encuentra en: http://www.cem.org.mx/component/content/article/1812/1812.html