A pocos días de las marchas ciudadanas opuestas convocadas por opositores y simpatizantes del Gobierno, la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) pidió al Poder Ejecutivo y los partidos políticos rechazar y condenar todo tipo de violencia.
Los obispos emitieron un mensaje al concluir su asamblea ordinaria anual, en el que manifiestan su preocupación por el "creciente deterioro moral a nivel personal y social que se manifiesta entre otras cosas en el predominio de la fuerza sobre la razón, el irrespeto y la manipulación de las personas y la amenaza a los derechos fundamentales como la libre expresión y movilización".
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Asimismo, denuncian la descomposición social evidente "en el desprecio a la vida en todas sus fases, el irrespeto a las leyes, la inseguridad ciudadana, la creciente desconfianza entre las personas y el uso del lenguaje y de medios violentos para manifestar o imponer las propias ideas".
También hicieron un llamado a todos los nicaragüenses a "manifestar sus propias ideas, haciendo prevalecer en todo momento los medios pacíficos, la capacidad de diálogo, el respeto a la legalidad y búsqueda del bien común", abogando porque los nicaragüenses "no se dejen arrastrar ciegamente por manipulaciones de líderes irresponsables que incitan a la violencia".
Los obispos pidieron a sacerdotes, religiosos y fieles católicos intensificar "el espíritu de oración" y animaron a los nicaragüenses a celebrar "con confianza" las próximas tradicionales fiestas religiosas.
Este sábado se realizarán en esta capital dos marchas, una de organizaciones civiles contra la eventual reelección del Presidente Daniel Ortega, y otra de simpatizantes del Gobierno para celebrar la victoria de los sandinistas en los comicios municipales de 2008, que han sido cuestionados por la oposición.