La Comisión Arquidiocesana de la Mujer publicó un comunicado en el que pide al Jefe de Gobierno de Buenos Aires, Mauricio Macri, apelar la sentencia judicial que dio luz verde al "matrimonio" entre personas del mismo sexo.
La jueza Gabriela Seijas, a cargo del Juzgado de Instrucción Nº 15 en lo Contencioso Administrativo de la Ciudad de Buenos Aires, declaró la inconstitucionalidad de los artículos 172 y 188 del Código Civil y ordenó a las autoridades del Registro Civil que casen a una pareja de personas del mismo sexo. Macri informó que no apelará la medida.
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Según la Comisión, Macri ha banalizado el matrimonio al "comparar la vulneración de los derechos que se produce con los cortes y las marchas con la exigencia de que el matrimonio se lleve a cabo entre varón y mujer".
En este sentido, el comunicado advierte que "en la sentencia, se falla en contra de la ley vigente, en materia ajena a la competencia de la Ciudad, por tanto la obligación del Jefe de Gobierno en cumplimiento de sus deberes de funcionario público, es apelar la sentencia".
Además, recuerda que "en un principio Macri se había mostrado contrario a que el Poder Judicial de la Ciudad tome medidas sobre cuestiones que son competencia exclusiva del Estado nacional, y subraya además que "el Jefe de Gobierno no explica los fundamentos jurídicos por los que decide abandonar la postura originalmente asumida y fundada en la defensa de la ley vigente".
"Por otra parte, parece desconocer el Jefe de Gobierno que, contrario a lo que afirman algunos el mundo no va en ese sentido: Es importante reiterar que el 96,5 % de los países no tienen matrimonio para personas del mismo sexo. Por ello reiteramos que resulta lamentable y sorprendente la decisión del Jefe de Gobierno que en lugar de proteger el bien común, por razones que resultan incomprensibles a la luz del buen gobierno tome una decisión que afecta el justo orden jurídico y social de la Ciudad, a la vez que será una fuente más de disolución social", agrega.
La Comisión recuerda que "el matrimonio es por definición una institución heterosexual, una de cuyas notas fundantes es la complementariedad de los sexos, que se da en el marco de la entrega mutua de los cónyuges y que está abierta a la fecundidad, precisamente garantía del crecimiento de la sociedad".
"El llamado ‘matrimonio’ entre personas del mismo sexo no podrá ser nunca matrimonio, estando viciado de una nulidad absoluta", concluye.