El Arzobispo de Nueva York, Mons. Timothy Dolan, publicó en su blog la carta que dirigió sin éxito al diario New York Times (NYT), en la que denuncia que el anticatolicismo se ha convertido en un pasatiempo nacional para Estados Unidos y detalla varios episodios en los que el popular diario participó de esta tendencia.
"No es nada exagerado expresar que el prejuicio contra la Iglesia Católica es un pasatiempo nacional", sostiene Mons. Dolan en la carta vetada y recuerda que personajes como Arthur Schlesinger Sr. Se han referido a este hecho como "la mayor discriminación del pueblo estadounidense".
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El Arzobispo cuestionó la cobertura que el NYT dio a mediados de octubre a una noticia sobre 40 casos de abuso infantil perpetrados en la Comunidad Judía Ortodoxa de Brooklyn en solo un año.
En este caso, explicó Mons. Dolan, el NYT "no reclamó lo que exigió insistentemente cuando se trataba del mismo tipo de abusos por parte de una minoría de sacerdotes: la publicación de los nombres de los abusadores, la no prescripción de los delitos, investigaciones externas, publicación de todos los detalles y total transparencia. En lugar de eso, un abogado ruega a los oficiales de oficio que presten atención a las 'sensibilidades religiosas'".
"Dada la propia horrible experiencia reciente de la Iglesia Católica, no me encuentro en condiciones de criticar a nuestros vecinos Judíos Ortodoxos; tampoco tengo el deseo de hacerlo. Pero puedo criticar este sistema de 'escándalo selectivo'", agregó.
Asimismo, lamentó que el diario haya omitido cubrir en los años 2004 y 2007, estudios que mostraban la magnitud de los casos de abuso sexual de menores en las escuelas públicas debido a que periódicos como el NYT "parecen tener sólo sacerdotes en la mira".
En esta línea, también en la quincena de octubre pasado, el NYT publicó en la parte más visible de la página principal del periódico, "el triste episodio de un sacerdote franciscano que había tenido un hijo. Aun teniendo en cuenta que la relación con la madre fue consensuada y entre dos adultos, y que los franciscanos han tratado de cubrir en forma justa con las responsabilidades del sacerdote errante para con su hijo, este acto no deja de ser un pecado escandaloso e indefensible".
"Sin embargo, deberíamos preguntarnos por qué, de repente, una historia que pasó hace un cuarto de siglo sobre un pecado cometido por un sacerdote tiene mayor interés para la prensa que la guerra en Afganistán, la asistencia médica y la hambruna y el genocidio en Sudán. Pareciera que ningún religioso no católico merece tal atención", indicó.
El Arzobispo también llama la atención sobre la edición del 21 de octubre, cuando el NYT dedicó su titular más importante a la decisión del Vaticano de recibir a los anglicanos que habían pedido la unión con Roma acusando a la Santa Sede "de atraer y tentar a los anglicanos". "Para el New York Times, éste era otro caso de confabulación vaticana para atrapar a gente buena y desprevenida capitalizando codiciosamente las tensiones internas del anglicanismo", indicó.
"La Iglesia Católica no cierra los ojos frente a la crítica. Nosotros, los católicos, la practicamos constantemente. Le damos la bienvenida y la esperamos. Tan sólo pedimos que esa crítica sea justa, racional y apropiada, lo que esperaríamos para cualquiera. La sospecha y la discriminación contra la Iglesia Católica es un pasatiempo nacional que debería erradicarse para siempre", concluyó.