La Planned Parenthood Federation of America (PPFA), principal proveedora de abortos en Estados Unidos, ha lanzado una contracampaña para asegurar millonarios ingresos en los próximos años. Mientras los obispos han llamado a los católicos a pedir a sus congresistas que la reforma sanitaria en debate no incorpore el aborto como servicio de salud, la PPFA ha convocado a quienes se consideran católicos y están a favor del aborto que hagan el pedido contrario.
En una carta firmada por Cecile Richards, presidenta de la PPFA, los abortistas admiten que su eventual "victoria" no será fácil por la oposición de muchas personas.
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"Mientras escribo esto, los obispos han pedido a todos los católicos en el país que contacten a sus legisladores pidiéndoles que alteren la actual legislación sanitaria para incluir enmiendas anti-opción (NDR: anti aborto)", señala en el texto.
Tras acusar a los pro-vida de afectar "devastadoramente a las mujeres, hombres y adolescentes que quienes desesperadamente necesitan asistencia médica", Richards pide la ayuda de los "católicos" abortistas arguyendo estar segura de que "los obispos no hablan por todos los católicos".
La líder abortista pide a estos "católicos" silenciar a los prelados y los grupos pro-vida porque los partidarios del aborto "nunca han estado tan cerca" de lograr el objetivo de masificar la práctica de este procedimiento. Admite que el gobierno de Obama es su oportunidad para lograrlo y no pueden dar un paso en falso.