El Arzobispo de Lima, Cardenal Juan Luis Cipriani, recordó al Estado peruano su deber de proteger la vida desde la concepción, “porque la persona humana es el centro de toda la sociedad”.
Durante la Misa con motivo de la solemnidad del Señor de los Milagros, el Purpurado reafirmó que toda vida “es sagrada desde el primer instante de la concepción”, e indicó que ninguna persona es un producto casual, sino “el fruto de un pensamiento de Dios”. “¡Nadie ha venido de casualidad!¡Cada uno es sujeto de un amor de Dios”, expresó.
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En medio del debate sobre la despenalización del aborto eugenésico y por violación, y de la distribución de la píldora del día siguiente, el Arzobispo afirmó que el pueblo peruano “es noble” y “no se merece el que haya un riesgo, que la vida en ese vientre maravilloso de la madre, en lugar de encontrar el calor, la ternura, el cuidado, el amor, pueda esa criaturita tener temor”.
“Defendemos la vida siguiendo todos los cambios científicos, todas las voces de la gente que sabe y la Iglesia siempre está atenta para cuidar la vida”, añadió.
Por ello, ante los miles de fieles congregados, el Purpurado pidió al Señor de los Milagros que proteja a los gobernantes y los ilumine para que puedan cumplir con su deber de proteger la vida humana.
En otro momento de la homilía, el Purpurado invitó a los peruanos a acercarse a Cristo para poder apartarse del dominio de la corrupción, de la arbitrariedad y del abuso. El Cardenal afirmó que el Señor quiere iluminar la vida de los hombres.
“El Santo Padre Benedicto XVI nos recuerda –siguiendo a Juan Pablo II- que quien deja entrar a Cristo no pierde nada, nada de lo que hace la vida libre, bella. Con la amistad con el Señor de los Milagros se abren las puertas de la Vida”, señaló.