El Arzobispo de Buenos Aires y Primado de Argentina, Cardenal Jorge Mario Bergoglio, al presidir la tradicional Misa Arquidiocesana de Niños recordó a los 10 mil menores asistentes la necesidad de preparar el corazón y prometerle a Jesús que “donde haya odio, vamos a poner amor, donde haya pelea, vamos a poner paz”.
Según señala la agencia AICA, el Purpurado se dirigió así a los niños en la Misa concelebrada por los obispos auxiliares porteños Mons. Oscar Vicente Ojea Quintana, Mons. Joaquín Mariano Sucunza, Mons. Enrique Eguía Segúi, Mons. Luis Alberto Fernández y Mons. Eduardo Horacio García, Vicario Episcopal para la Pastoral de Niños; y junto a unos 60 sacerdotes.
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Desde el estadio Mary Terán de Weiss de Parque Roca, el Arzobispo de Buenos Aires haciendo hincapié en el lema “Vamos a la fiesta, Jesús nos espera”, destacó a los niños que “el centro de la fiesta tiene que ser Jesús”.
“Para que haya fiesta, tiene que haber alegría, pero algo más: para que haya fiesta en el corazón de cada uno, escuchen bien esto: tenemos que dar alegría a los demás, tenemos que hacer que los demás estén alegres, que los demás estén con el corazón abierto a la fiesta de Jesús”, agregó.
Antes de finalizar la Eucaristía, el Primado de Argentina renovó la consagración de la ciudad de Buenos Aires y los corazones de los niños a Santa Teresita.
Tras la Misa, se realizó una suelta de globos y palomas, mientras se escuchaban las intenciones grabadas de niños de la calle asistidos por una misión arquidiocesana. Entra las intenciones, los niños pedían: “Todos tengamos algo para comer”, “Que todos los nenes tengan una casa calentita", “Cuidemos a los abuelitos”, “Todos los chicos del mundo tengan una familia”; entre otros.
El encuentro estuvo organizado por la Vicaría Episcopal de Niños y fue el punto culminante de la campaña solidaria para ayudar a los comedores infantiles de las villas de emergencia porteñas, iniciativa que llevó por consigna “Dos pesos para que nadie pierda peso”.