El obispo de Cádiz y Ceuta, Mons. Antonio Ceballos Atienza, afirmó que los católicos "nunca", en conformidad con el derecho natural, pueden legitimar el aborto, al cual consideró "un crimen execrable" y añadió que "la destrucción de la vida humana nunca puede ser justificada en pro de la defensa del derecho de la mujer de decidir sobre su maternidad".
En un comunicado, Mons. Ceballos añadió que "el Estado que otorga la calificación de derecho a algo que, en realidad, es un atentado contra el derecho fundamental a la vida, pervierte el elemental orden de racionalidad que se encuentra en la base de su propia legitimidad".
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A juicio del Obispo de Cádiz y Ceuta, "ante las situaciones difíciles y dolorosas por las que la mujer pasa ante un embarazo no deseado, la solución no puede quedar en la eliminación de la víctima inocente, el hijo concebido, al que se le priva de modo cruel e inhumano del derecho natural de nacer y vivir".
Por ello, para Mons. Ceballos Atienza, los poderes públicos, partidos políticos e instituciones sociales, que han de trabajar con vocación de servicio en orden al bien común, deben ofrecer medios de protección a la maternidad, especialmente ante las situaciones de desamparo de la mujer. A juicio del prelado, es "un deber de conciencia" de los cristianos, que consideran la vida como un don de Dios, y las "personas de buena voluntad" el oponerse al aborto.
Para el Obispo de Cádiz y Ceuta, los políticos que verdaderamente se consideren cristianos y vivan su fe en comunión con la Iglesia tienen un compromiso y responsabilidad moral mayor, no debiendo permanecer indiferentes ni colaborar activamente con su voto para que dicha Ley sea aprobada en el Parlamento. Así, añadió que las convicciones morales y la conciencia personal, han de imperar ante la disciplina de partido.
Igualmente, Ceballos Atienza señaló que los profesionales de la salud, si la proyectada Ley fuera aprobada, deberán postularse activamente ante el aborto con la objeción de conciencia.
Asimismo, manifestó que "un país en el que sus dirigentes gobiernan y legislan no respetando los valores morales de la inmensa mayoría de la población sino legitimando las reivindicaciones de grupos minoritarios, está en la frontera del totalitarismo" y recordó que "el derecho a la vida no es una concesión del Estado, es un derecho anterior al Estado mismo".