El Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, Mons. José María Arancedo, llamó a reflexionar sobre el significado del Día de la Madre, pues es ella quien con su ejemplo enseña a las personas a valorar y respetar la vida.
“Cuántas veces es la madre la que mantiene y salva a la familia, sobre todo en casos de abandono y pobreza. En esos contextos de injusticia moral y social es común que la madre, con su silencio y trabajo, se convierta en una palabra y un ejemplo que nos enseña a valorar y a respetar la vida. Ellas merecen un reconocimiento especial”, afirmó el Prelado.
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En ese sentido, Mons. Arancedo recordó la importancia que su madre, “que ya no está”, tuvo en su formación. “De ella he recibido la vida, la fe y una cultura basada en el Evangelio. Es mucho lo que recibí de ella, máxime cuando pienso que quedó viuda, y que éramos diez hermanos”, relató.
El Arzobispo indicó que la ternura y la exigencia definen el amor de las madres por sus hijos, pues está llamada a formar y no solo complacer. Añadió que “si bien la maternidad es una decisión de la mujer, no es algo meramente privado, pertenece también al ámbito de lo público (…), por ello es necesario que sea reconocida socialmente como algo personal, pero que es un bien de la sociedad”.
Finalmente afirmó que “la mujer, en la maternidad, al participar de una verdad que hace a la naturaleza de la condición humana, se convierte en presente y profecía que ilumina a un mundo que siempre está naciendo, pero que necesita de su presencia y amor. La maternidad es la primera escuela de la vida humana, por ello, desde su privacidad es también pública, y merece el cuidado de la sociedad”.