El vaticanista del diario L’Espresso, Sandro Magister, destacó el último aporte del prestigioso escritor católico español Juan Manuel de Prada, un libro dedicado a denunciar la "tiranía" progresista de las dictaduras modernas que "inducen al hombre a adorarse a sí mismo y a negar así su naturaleza".
Para Magister, "la España católica tiene un nuevo heraldo" en Juan Manuel de Prada, un converso al catolicismo de 39 años de edad, actual colaborador de L’Osservatore Romano y una de las voces principales de la cadena radial española Cope.
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De Prada "ha recogido en su último libro los artículos ‘de batalla’ que ha escrito en defensa del catolicismo no sólo en los diarios españoles ABC y XL Semanal, sino también en L'Osservatore Romano, del que es colaborador desde el 2007. En sólo cinco meses el libro ha llegado a la quinta edición en España".
El libro se titula "La nueva tiranía. El sentido común frente al Mátrix progre". "El "Mátrix progre" es el nombre que De Prada le da al gran engaño que él ve en obra en la cultura dominante en Europa: ‘Las dictaduras del pasado reprimían las libertades personales. Las modernas inducen al hombre a adorarse a sí mismo y a negar así su naturaleza’", resume Magister.
En el prefacio del libro, De Prada sostiene que "el hombre encumbrado al altar de la adoración se ha convertido, sin darse cuenta siquiera, en un instrumento en manos de ese poder que lo cuida con minucioso esmero, como las hormigas cuidan a los pulgones que luego ordeñan".
Asimismo, agrega que "la nueva tiranía, tan celosa de expandir las ‘libertades’ de sus súbditos, niega en cambio a la Iglesia la libertad de enjuiciar la moralidad de sus actuaciones temporales, pues sabe que tal juicio incorpora una radical subversión del trampantojo sobre el que se asienta la nueva tiranía. Anhela una iglesia farisaica y corrompida que renuncie a restituir al hombre su verdadera naturaleza y acate el ‘misterio de iniquidad’".
Para el escritor, "la batalla que hoy se libra no es de índole ideológica, sino antropológica, pues lo que procura es restituir a los hombres su verdadera naturaleza, permitiéndoles salirse de la confusión babélica fomentada por la ideología, hasta alcanzar el camino que conduce a los principios originarios".
En este sentido, recuerda que "la revolución eterna del cristianismo consiste en descubrirnos el sentido de la vida, restituyéndonos nuestra naturaleza; de ese descubrimiento surge un júbilo sin fecha de caducidad. Cuando a ese júbilo se añade una mínima sensibilidad artística, la vida se convierte en una fiesta de la inteligencia".