El Obispo de Posadas, Mons. Juan Rubén Martínez, insistió sobre la grave necesidad de que "en nuestro tiempo haya cristianos comprometidos, gente de recta conciencia, sobre todo laicos que comprendan que la santidad en su propia vocación está ligada no sólo con aspectos de su piedad personal que de hecho son imprescindibles, sino en la transformación de las realidades temporales, apostando por opciones que impliquen la evangelización de la cultura".
El Prelado reiteró que en nuestros días necesitamos la multiplicación de personas que "con el testimonio público de sus vidas sean signos de esperanza para nuestra gente", y señaló que ese estilo de liderazgo se necesita para "revisar y tener una medida desde donde evaluar a nuestra dirigencia política y social en nuestra patria y provincia, sobre todo en un contexto donde a veces podemos tener la tentación de la desesperanza cuando aparece más como horizonte el pragmatismo, los posicionamientos sectoriales que la necesidad de la magnanimidad y referencia al bien común".
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
"En un cambio de época, caracterizado por la carencia de nuevos estilos de liderazgo, tanto sociales y políticos, como religiosos y culturales, es bueno tener presente esta concepción del poder como servicio", dijo el Obispo de Posadas.
"Como Iglesia, este déficit nos cuestiona. En un continente de bautizados, advertimos la notable ausencia, en el ámbito político, comunicacional y universitario, de voces e iniciativas de líderes católicos, con fuerte personalidad y abnegada vocación, que sean coherentes con sus convicciones éticas y religiosas", lamentó.
Mons. Martínez alentó a los líderes de las organizaciones de la sociedad a participar en "la reorientación y consiguiente rehabilitación ética de la política", y les pidió, citando el último documento del Episcopado argentino para el bicentenario, que "se esfuercen por ser nuevos dirigentes, más aptos, más sensibles al bien común, y capacitados para la renovación de nuestras instituciones".
Por último, el Obispo sostuvo que "el mejor aporte a la esperanza en el contexto actual, y en camino a celebrar bien el bicentenario en nuestra Patria es aumentando la magnanimidad en nuestra sociedad y saliendo de nuestras mezquindades que siempre nos dañan".