En un video mensaje cuyo contenido ha sido dado a conocer hoy, el Papa Benedicto XVI recordó a los más de mil 200 sacerdotes de 75 países que participan en un retiro en el Santuario de Ars (Francia) que "nada reemplazará jamás el ministerio de los sacerdotes en el corazón de la Iglesia" y que su misión abarca el servicio a todos los hombres.
A los presbíteros que participan de este retiro cuyas reflexiones están a cargo del Cardenal Christoph Schönborn, Arzobispo de Viena (Austria) sobre el tema "La alegría de ser sacerdote: consagrado para la salvación del mundo", el Santo Padre recordó que "el sacerdote está llamado a servir a los hombres y a donarles la vida de Dios".
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El sacerdote, dijo el Papa, "es hombre de la Palabra divina y de las cosas sagradas, y debe ser hoy más que nunca un hombre de la alegría y de la esperanza. A quienes no pueden concebir que Dios sea Amor puro, afirmará siempre que la vida vale la pena ser vivida y que Cristo le da todo su sentido porque ama a todos los seres humanos".
Benedicto XVI se dirigió luego a los sacerdotes que tienen que atender varias parroquias y que "se entregan sin escatimar esfuerzos por mantener una vida sacramental en sus diferentes comunidades. ¡El reconocimiento de la Iglesia por todos vosotros es inmenso! No os desaniméis, sino más bien seguid rezando y haciendo rezar para que muchos jóvenes acepten la respuesta a la llamada de Cristo, que desea que siga aumentando el número de sus apóstoles para cosechar sus campos".
Seguidamente el Papa animó a los sacerdotes a pensar "en la extrema diversidad de los ministerios" que ejercen "al servicio de la Iglesia" y en "el gran número de misas que celebráis o celebraréis, haciendo realmente viva cada vez la presencia de Cristo en el altar".
"Pensad en las innumerables absoluciones que habéis dado y que daréis, librando de su carga a los pecadores. Percibiréis así la fecundidad infinita del sacramento del Orden. Vuestras manos, vuestros labios se han convertido, durante un instante, en las manos y los labios de Dios", expresó.
"Esa consideración debe llevaros a armonizar las relaciones entre los presbíteros para formar esa comunidad sacerdotal a la que exhortaba San Pedro para construir el cuerpo de Cristo y afianzaros en el amor".
Benedicto XVI explicó también que "el sacerdote es el hombre del futuro. Lo que hace en esta tierra pertenece al orden de los medios encaminados al Fin último. La Misa es ese exclusivo punto de unión entre los medios y el Fin, ya que nos permite contemplar bajo la humilde apariencia del pan y del vino el Cuerpo y la Sangre de Aquel que adoraremos en la eternidad".
"Nada reemplazará jamás el ministerio de los sacerdotes en el corazón de la Iglesia", aseguró el Papa y concluyó recordándole a los presbíteros que "sois el testimonio viviente de la potencia de Dios a la obra en la debilidad de los seres humanos, consagrados para la salvación del mundo, elegidos por Cristo mismo para ser, gracias a Él, sal de la tierra y luz del mundo".