Al finalizar la Misa por la fiesta de San Wenceslao, el Papa Benedicto XVI se dirigió a los más de diez mil jóvenes que acamparon en una parte de la explanada de Melnik para estar presentes en la Eucaristía. A ellos el Santo Padre les recordó que "sois la esperanza de la Iglesia que espera que os hagáis mensajeros de la esperanza".
"¡Con vosotros también el Papa se siente joven!", exclamó el Papa agradeciendo a los peregrinos su "entusiasmo y su generosidad" y señaló que "en cada joven hay una aspiración a la felicidad, a veces mezclada con un sentimiento de inquietud; una aspiración que, sin embargo, a menudo la sociedad de consumo explota de forma falsa y alienante".
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"Es necesario en cambio evaluar seriamente el anhelo de felicidad, que exige una respuesta verdadera y exhaustiva. A vuestra edad se toman las primeras grandes decisiones, capaces de orientar la vida hacia el bien o hacia el mal", añadió.
El Santo Padre recordó a los jóvenes las palabras de San Agustín, cuando afirmaba que "el corazón de todas las personas está inquieto hasta que no encuentra realmente lo que busca". Y Agustín descubrió que "solo Jesucristo era las respuesta satisfactoria al deseo, suyo y de cada ser humano, de una vida feliz, llena de significado y de valor".
"Como hizo con él, el Señor sale al encuentro de cada uno de vosotros. Llama a la puerta de vuestra libertad y os pide que le acojáis como amigo. Quiere haceros felices, llenaros de humanidad y dignidad. La fe cristiana es esto: el encuentro con Cristo, Persona viva que da a la vida un nuevo horizonte y con ello la dirección decisiva".
El Señor, efectivamente, continuó el Papa, "llama a cada uno por su nombre y os quiere confiar una misión específica en la Iglesia y en la sociedad. Os renueva constantemente la invitación a ser discípulos y testigos suyos. Llama a muchos al matrimonio, y la preparación para este sacramento constituye un camino vocacional verdadero. Considerad entonces seriamente la llamada divina a constituir una familia cristiana y que la juventud sea el tiempo para construir con responsabilidad vuestro futuro. La sociedad necesita familias cristianas, familias santas".
"Si el Señor os llama a seguirlo en el sacerdocio ministerial o en la vida consagrada no dudéis en responder a su invitación. En particular, en este Año Sacerdotal, me dirijo a vosotros, jóvenes. La Iglesia, también en este país, necesita sacerdotes numerosos y santos y personas totalmente consagradas al servicio de Cristo, esperanza del mundo", exhortó.
"¡La esperanza! Esta palabra a la que recurro a menudo se conjuga bien con la juventud. Vosotros, queridos jóvenes, sois la esperanza de la Iglesia que espera que os hagáis mensajeros de la esperanza", dijo luego Benedicto XVI.
El Papa invitó a los jóvenes a participar en la próxima Jornada Mundial de la Juventud que tendrá lugar en Madrid (España) en agosto de 2011, y les pidió que vivieran la fe "con entusiasmo y alegría, creciendo en la unidad entre vosotros y Cristo, rezando y siendo asiduos en la práctica de los sacramentos, sobre todo la Eucaristía y la Confesión".